Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan vuelven a verse las caras. Será este lunes, en Sochi, donde los presidentes de Rusia y Turquía tienen previsto tratar la reanudación de los envíos de alimentos desde Ucrania, en virtud del acuerdo de exportación de grano a través del Mar Negro, roto por Moscú el pasado mes de julio.
Rusia sostiene que ese acuerdo imponía restricciones indirectas a sus exportaciones de grano, al quedar limitado su acceso a los sistemas de pago mundiales.
El Kremlin ha recordado en múltiples ocasiones que podría volver al acuerdo si se cumplen sus demandas. Rusia desea en definitiva poder tener acceso a ciertos beneficios con los que trasladar sus propias mercancías.
El pasado jueves, durante su visita a Moscú, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, recordaba cómo la reactivación del acuerdo se antoja ahora mismo “crítica” para la seguridad alimentaria mundial. Solo el pasado año, el acuerdo había permitido la salida de más de 37 millones de toneladas de grano a través del mar Negro.
Turquía aboga igualmente porque las partes enfrentadas retomen el acuerdo y lo utilicen como base para unas conversaciones de paz más amplias.