Opinión
El talento joven: el potencial para transformar a Hidalgo desde sus comunidades
Emmanuel Flores Bermúdez
En Hidalgo, la verdadera riqueza no solo está en los recursos que tiene nuestra tierra o en la ubicación que nos conecta con otras regiones, está en las personas, en especial, en los jóvenes que egresan de las universidades politécnicas y tecnológicas; año con año, estas instituciones forman a profesionistas capaces, con conocimientos prácticos y una visión global para enfrentar los desafíos que les presenta un mundo cada vez más competitivo.
Pero competir no significa abandonar, muchas veces, las oportunidades que persiguen parecen estar alejadas de su hogar. En un mundo de redes sociales, es habitual creer que el triunfo solo reside en trasladarse a las grandes urbes o incluso más allá del país, y la realidad es que nuestras comunidades también tienen muchas oportunidades; el talento joven puede generar un impacto significativo, empleando lo que han aprendido para atender las demandas locales y aportar al progreso de los sitios que los han visto desarrollarse.
El progreso comunitario no es algo inalcanzable, sino algo que se experimenta cotidianamente cuando el saber se utiliza para beneficiar a las personas. En Hidalgo, tenemos muchos ejemplos de jóvenes que han optado por permanecer y crear influencia en sus comunidades. Algunos promueven proyectos de producción que crean puestos de trabajo, otros desarrollan soluciones tecnológicas para desafíos diarios, y muchos más participan de manera directa en proyectos sociales; estas historias no solo representan ejemplos concretos de orgullo y muestran que el cambio es posible al empoderar el talento local.
Es verdad que no siempre es fácil, numerosos jóvenes todavía se encuentran con dificultades para hallar lugares donde su preparación pueda florecer. Por lo tanto, es esencial que continuemos promoviendo la cooperación de universidades, empresas y gobiernos locales, para asegurar que este talento no solo se desarrolle aquí, sino que también halle el espacio apropiado para crecer y florecer.
También se requiere de un cambio cultural, en el que se valore más a quienes deciden contribuir directamente a sus comunidades. Esto no implica limitar las aspiraciones. Por el contrario, invita a reconsiderar la relación entre lo local y lo global. Hidalgo cuenta con todo lo que se necesita para convertirse en un sitio donde las comunidades se desarrollen con sus propios recursos.
El futuro de nuestra entidad no depende exclusivamente de grandes inversiones extranjeras o de lo que sucede foráneos, sino en cómo utilizamos nuestros talentos locales, en cómo promovemos que los jóvenes hallen en sus comunidades el sitio perfecto para poner en práctica sus conocimientos y en cómo les brindemos el reconocimiento que merecen. El desarrollo sostenible inicia con individuos conscientes de los recursos que tienen cerca, proyectándose hacia adelante sin perder de vista sus orígenes.
El éxito no siempre está en ir lejos, cuando los jóvenes optan por permanecer y edificar su futuro en su comunidad, no solo se están comprometiendo con su propio bienestar, sino con el bienestar de todos. A veces, este éxito está en volver la mirada hacia lo cercano y descubrir que las mayores oportunidades están justo donde empezaron y, en Hidalgo, esas oportunidades esperan ser descubiertas y transformadas por las nuevas generaciones.