Opinión
Alien y su exitoso aterrizaje en la tierra

Recientemente, se estrenó en la plataforma Disney+, Alien: Earth; una de las series más esperadas del año. En medio de una temporada saturada de secuelas, universos expandidos, reebots y demás reciclajes de títulos en el cine y la TV, llega con una muy buena presentación esta serie de ciencia ficción, con el objetivo de refrescar su franquicia.
Son casi cincuenta años los que nos separan de la llegada al cine de Alien: El octavo pasajero, estrenada en 1979; dirigida por Ridley Scott, quien no solo inauguró una franquicia; también, diversificó la ciencia ficción en la gran pantalla, llevando suspenso y terror al espacio exterior; con la presencia de la ya legendaria figura del Xenomorfo, creación del artista H.R. Giger, inspirado en su propia obra pictórica, de 1976: Necronom IV. Y, en el centro de la historia, colocó a Ellen Ripley, interpretada por Sigourney Weaver, que dio vida a una figura revolucionaria para las heroínas de la cinematografía.
Después, en 1986, llegó otro hito, no solo de esta saga, sino también del cine de ciencia ficción: Aliens. Esta secuela fue dirigida por James Cameron, mostrando al mundo su genialidad para contar historias extraterrestres. La secuela de Alien, dejó atrás la atmósfera asfixiante del encierro en la nave espacial Nostromo, para trasladar el relato a una odisea bélica espacial. Aquí, Sigourney Weaver consolidó el mito del personaje de Ripley. Y, gracias a la acción en su narrativa, este filme logró, de manera exitosa, tener una identidad propia.
Después, esta saga, fue yendo a menos. Las entregas Alien 3 (1992); y, Alien: Resurrección (1997); no tuvieron el impacto de sus antecesoras. Era notoria la ausencia creativa de Ridley Scott. Este par de filmes, muestran una clara desconexión con las dos primeras entregas. Pero, lo peor estaba por llegar, fue con los traspiés: Alien vs. Depredador (2004); y, Aliens vs. Depredador 2. Aunque, comercialmente exitosos, ese último par de experimentos, parecía sepultar a dos muy buenas franquicias de la ciencia ficción, reduciéndoles a meros personajes de videojuego ochentero.
Tendría que regresar Ridley Scott para rescatar a su creación. Fue con un par de relatos cinematográficos profundos, quizás hasta filosóficos. Prometheus (2012); y, Alien: Covenant (2017); sirven como precuelas que llevan a descifrar el origen del Xenomorfo y de la propia humanidad. Ambas películas enriquecieron el universo de Alien, son ciertamente sombrías, densas, con planteamientos existencialistas, tal como sucede en Prometheus; mientras que Covenant envuelve al espectador en medio de un terror fatalista, con tintes trágicos.
Ya con la saga plenamente recuperada, el año pasado, de la mano del director uruguayo Fede Álvarez, se estrenó Alien: Romulus; un intento exitoso para revitalizar a la franquicia. Esta película, regresa a los orígenes narrativos de Alien, retomando recursos del terror y la ciencia ficción utilizados en la primera entrega.
Y, de vuelta al presente, después de haberse estrenado los dos primeros capítulos de Alien: Earth, veo una estupenda historia, dejando el mundo espacial un poco de lado, para traer a la tierra el encuentro con el Xenomorfo, en una atmósfera distópica, dominada por la tecnología. Gran acierto del creador de la serie Noah Hawley, apoyado en la producción por Ridley Scott. Esta serie, reinventa de manera exitosa un clásico del cine.