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Opinión

Antibióticos en ríos, una nueva realidad

Publicado

el

César Peña *

En las últimas décadas, el uso masivo de antibióticos ha revolucionado la medicina moderna, salvando millones de vidas. Sin embargo, su uso excesivo y, muchas veces, inadecuado, ha generado consecuencias no deseadas. Una de las más preocupantes es la contaminación de los cuerpos de agua, en especial de los ríos, donde estos fármacos terminan alterando los ecosistemas acuáticos y fomentando la resistencia bacteriana.
Un reciente estudio de la Universidad McGill reveló que unas 8 mil 500 toneladas de antibióticos terminan en los ríos y cuerpos de agua luego de estudiar y rastrear la presencia constante de sus residuos.
Los antibióticos llegan a los ríos por diversas vías. La principal es que llegan sin metabolizar por humanos y animales y que forman parte del caudal que incluso llega a las plantas de tratamiento de aguas residuales, las cuales muchas veces no están diseñadas para eliminar compuestos farmacéuticos. También provienen de desechos hospitalarios, vertidos industriales y la ganadería intensiva, donde se utilizan antibióticos para prevenir enfermedades y promover el crecimiento de los animales.
Un estudio realizado en la Universidad Tecnológica del Valle de México (UTVAM) plantel Tizayuca, por la investigadora, Brenda Karen González Pérez desde el 2022, arrojó en un estudio de ecotoxicología que los residuos farmacéuticos humanos terminaban en cuerpos de agua como los de esta ciudad, donde su única presa se encuentra altamente contaminada, principalmente por paracetamol.
Los antibióticos en el agua afectan a microorganismos fundamentales para el equilibrio del ecosistema. Bacterias benéficas pueden desaparecer, mientras que otras desarrollan mecanismos de resistencia. Esto genera «superbacterias» que ya no responden a tratamientos comunes. Además, peces, anfibios e invertebrados acuáticos pueden sufrir alteraciones hormonales, reproductivas y de comportamiento.
Desde el punto de vista humano, este fenómeno representa una amenaza directa a la salud pública. Las bacterias resistentes que se originan en el ambiente pueden propagarse a través del agua o los alimentos, y causar infecciones difíciles o imposibles de tratar.
Como posibles soluciones para reducir la presencia de antibióticos en los ríos, se propone un uso racional de antibióticos, la mejora del tratamiento de aguas al incorporar tecnologías avanzadas (como ozonización o filtración por carbón activado) para eliminar residuos farmacéuticos.
También, una regulación más estricta que controlen el vertido de antibióticos por parte de industrias y explotaciones agrícolas y la concientización ciudadana que ayude a educar sobre los efectos de tirar medicamentos por el inodoro o desecharlos incorrectamente.
La presencia de antibióticos en los ríos es una amenaza ambiental y sanitaria que requiere una respuesta urgente y coordinada. La protección de nuestros cuerpos de agua no solo es una cuestión ecológica, sino también una defensa esencial contra una de las mayores amenazas a la salud global: la resistencia antimicrobiana.

  • Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia.
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