Paradigma

Atacan a balazos a sacerdote defensor de los pueblos indígenas en el sur de México

Foto: X@JJDiazMachuca)

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Chiapas confirmó la muerte del padre Marcelo Pérez, de la parroquia de Cuxtitali en San Cristóbal de las Casas, el defensor de los pueblos indígenas, de etnia tzotzil, fue tiroteado cuando estaba en su vehículo en el barrio del oriente de la ciudad turística de San Cristóbal de las Casas.

Reportes preliminares indican que el sacerdote ofició una misa en el barrio de Cuxtitali en la mañana de este domingo 20 de octubre. Al finalizar, el religioso abordó su camioneta Ford Titanium de color blanco para dirigirse a la iglesia de Guadalupe, según las autoridades.

“En el lugar se encontró una camioneta color blanco con placas de circulación del estado de Chiapas y al interior una persona del sexo masculino sin signos vitales que respondía al nombre de Marcelo ‘N’, padre de la parroquia de Cuxtitali”, detalló la Fiscalía estatal en un comunicado.

En tanto, la titular de la Secretaría de Gobernación (Segob) de la administración de Claudia Sheinbaum, Rosa Icela Rodríguez, advirtió que no habrá impunidad por lo ocurrido. “Nuestra solidaridad con la comunidad católica”, expresó.

Asimismo, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó el asesinato del padre Marcelo Pérez e hizo un llamado a las autoridades de los tres niveles de gobierno para esclarecer el crimen.

“Este acto de violencia, perpetrado al terminar la misa cuando el padre salía para continuar con sus labores pastorales, no solo priva a la comunidad de un pastor dedicado, sino que también silencia una voz profética que incasablemente luchó por la paz con verdad y justicia en la región de Chiapas”, expresó la CEM.

El padre Marcelo nació en la comunidad de San Andrés Larráinzar y es hijo de padres indígenas tzotziles. Durante dos décadas fue párroco en Chenalhó y Simojovel, por un periodo de 10 años cada uno.

En una entrevista con El Heraldo de Chiapas, el padre Marcelo advirtió que Chiapas se encontraba en peligro por la presencia del crimen organizado y confesó que en el municipio de Simojovel le habían puesto “precio a su vida” por 150 mil, 400 mil y un millón de pesos.

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