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China encuentra nuevo exoplaneta y podría ser habitable

China y Alemania encuentran nuevo exoplaneta y podría ser habitable

La posibilidad de vida más allá de la Tierra es una inquietud constante en la historia de la humanidad. Aunque las misiones espaciales y las investigaciones astronómicas tuvieron avances concretos, aún no se ha confirmado la existencia de vida en otro planeta. En este contexto, un nuevo descubrimiento conjunto entre científicos de China y Alemania es sin dudas un paso importante.

Un equipo liderado por astrónomos del Observatorio de Yunnan, dependiente de la Academia China de Ciencias.

Confirmó la presencia de un exoplaneta en la zona habitable de una estrella parecida al Sol.

El planeta, llamado Kepler-725c, tiene una masa estimada diez veces superior a la de la Tierra.

Su detección se logró mediante una técnica no tradicional: la variación del tiempo de tránsito (TTV, por sus siglas en inglés).

Kepler-725c no se observa de forma directa.

Su existencia fue inferida a partir de las alteraciones en el tránsito de otro planeta del mismo sistema estela.

Kepler-725b, un gigante gaseoso con un período orbital de 39,64 días.

Las perturbaciones en su órbita permitieron calcular la presencia, masa y trayectoria del nuevo planeta.

El equipo internacional concluyó que Kepler-725c orbita a su estrella con un ciclo de 207,5 días, un valor cercano al año terrestre.

Su posición dentro de la llamada “zona habitable” implica que la radiación que recibe de su estrella.

Podría permitir la existencia de agua en estado líquido, un requisito esencial para la vida tal como se conoce.

La estrella central del sistema, Kepler-725, se ubica a unos 2.472 años luz de la Tierra, en dirección de la constelación de Cygnus.

Es una estrella de tipo espectral similar al Sol, con condiciones estables que favorecen la existencia de órbitas planetarias sostenidas en el tiempo.

“Lo más relevante de este descubrimiento es que el planeta se encuentra dentro de la zona donde podrían darse temperaturas compatibles con la vida”, señaló Gu Shenghong, director del equipo del Observatorio de Yunnan.

“El período orbital es comparable al de la Tierra y eso amplía las posibilidades de condiciones adecuadas para agua líquida.”

En este estudio no se emplearon los métodos más tradicionales de detección de exoplanetas, como el tránsito directo —que registra la disminución de luz estelar cuando un planeta pasa por delante de su estrella— ni la velocidad radial —que mide los tirones gravitatorios del planeta sobre la estrella—.

En cambio, los astrónomos recurrieron a la variación del tiempo de tránsito (TTV), una herramienta que se basa en pequeñas desviaciones temporales en los tránsitos de planetas conocidos.

Cuando un planeta invisible influye gravitacionalmente sobre uno que sí transita, se producen irregularidades en el momento exacto en que ese tránsito ocurre.

A través de estos patrones, se puede deducir la existencia de otro planeta, incluso si no cruza por delante de la estrella desde el punto de vista terrestre.

“El TTV abre nuevas posibilidades para detectar planetas de baja masa en zonas habitables alrededor de estrellas como el Sol”, indicó Sun Leilei, primer autor del estudio y también miembro del Observatorio de Yunnan.

“No depende de condiciones de alineamiento específicas. Solo requiere que un planeta ya detectado esté en resonancia orbital con otro.”

Esta técnica no resulta sencilla. Exige modelos numéricos complejos y grandes cantidades de datos acumulados a lo largo de varios años.

En este caso, se trabajó sobre información obtenida por la misión Kepler, que entre 2009 y 2018 observó más de 150.000 estrellas en busca de exoplanetas.

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