A medida que el brutal conflicto en Sudán llega a los 100 días, el Fondo de las Naciones Unidas for children (Unicef) ha recibido informes de hasta 2.500 violaciones graves de los derechos de los niños, un promedio de al menos una por hora.
Estos son solo los números informados a las fuentes de Unicef, es probable que la cifra real sea mucho más alta y que recuerde el impacto diario de la crisis en los más vulnerables, en un país donde casi 14 millones de niños necesitan apoyo humanitario.
«La escala del impacto que este conflicto ha tenido en los niños de Sudán durante los últimos 100 días es casi incomprensible», dijo. Ted Chaiban, Director Ejecutivo Adjunto de Respuesta Humanitaria y Operaciones de Abastecimiento de Unicef, quien se encuentra en Sudán esta semana.
“Los padres y abuelos que han vivido ciclos anteriores de violencia ahora deben ver a sus hijos y nietos pasar por experiencias similares y terribles. Todos los días los niños son asesinados, heridos, secuestrados y tienen escuelas, hospitales, infraestructura vital y los suministros de los que dependen para salvar vidas dañados, destruidos o saqueados”, agregó.
Cientos de niños muertos en el conflicto
Al menos 435 niños han muerto en el conflicto y al menos 2.025 han resultado heridos.
Además de las víctimas y heridos, Unicef ha recibido reportes alarmantes de una escalada de ataques contra establecimientos de salud en algunas zonas del Sudán.
De hospitales a bases militares
Se estima que el 68 por ciento de los hospitales en las áreas más afectadas han tenido que cerrar y al menos 17 hospitales han sido bombardeados.
Se cree que varios otros hospitales se han convertido en bases militares y ha habido repetidos informes de ataques a ambulancias. Más de tres meses después del conflicto, millones de familias han sido desarraigadas de sus hogares como resultado de la violencia.
Antes de la crisis, casi 3,8 millones de personas se desplazaron internamente en Sudán, incluidos 1,9 millones de niños. Otros 1,7 millones de niños han sido desplazados de sus hogares y ahora se desplazan dentro de Sudán y cruzan sus fronteras, vulnerables al hambre, las enfermedades, la violencia y la separación de sus familias.
Los informes de secuestros, reclutamiento de niños en grupos armados, violencia étnica y violencia de género contra mujeres y niñas también van en aumento, con 4,2 millones de mujeres y niñas en riesgo de sufrir violencia de género.