Día de San Valentín; la sociedad ha descubierto más formas de amor

Por César Peña

Pachuca.-  Desde que somos niños, nos enseñaron que sólo existe una forma de relacionarnos en el terreno afectivo y sexual que era bajo las leyes de la monogamia y el matrimonio y que fuera de esto, todo lo demás estaba mal o era “pervesión”, por lo menos así lo entendió también Isela Robles.

                Hoy ella como mucha gente, sabe que hay muchas más formas de relacionarnos, tantas quizá como gente en el mundo y que la familia, como la monogamia, son construcciones sociales que cambian de sociedad en sociedad y de tiempo en tiempo.

                Isela, estudiante de antropología social, se enteró que la monogamia, esa que le dijeron que era inmutable, eterna y creada por Dios, representa menos del 20 por ciento de las sociedades de toda la historia, es decir, es una práctica minoritaria que ha sido vendida como si fuese la única, cuando no es así.

                A lo largo de la historia han existido prácticas como la poligamia, la poliandria, la poligenia, el matrimonio entre grupos y hoy las familias diversas, el poliamor, los swingers, el amor libre, la anarquía relacional y muchas otras que han irrumpido en las últimas décadas.

                Desde el 2017, cuando el Observatorio de Cosumo Joven mostró que el 25 por ciento de los jóvenes ve con simpatía las relaciones libres, los números han aumentado significativamente y con ello, los vínculos tres o más personas relacionadas ya no con las reglas de la monogamia, sino de nuevos acuerdos.

                Esto se ha conjugado con el aumento de los divorcios  y la disminución de los matrimonios que se traduce en que a la gente le interesa menos casarse, de tal suerte, que en algunas zonas de México, menos del 5 por ciento de las parejas se unen bajo esta categoría y permanecen juntas bajo la figura de unión libre y otras bajo otros conceptos.

                La monogamia es, desde el punto de vista antropológico, sólo una forma más de vincularse en el terreno erótico-afectivo y muy lejos de ser el único y la sociedad oocidental está avanzando lentamente hacia el reconocimiento de estos nuevos vínculos, entrando en un proceso de evolución.

                Estas nuevas formas como el poliamor  también llamado relaciones no monógamas éticas, está pasando de la conceptualización a un proceso de reconocimiento legal, en que sus seguidores están buscando también protección legal como sucede con los matrimonios de personas del mismo sexo.