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Nacional

El oscuro origen del matrimonio

Publicado

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César Peña

México, 24 de agosto.- El oscuro origen del matrimonio. No nació por acuerdo entre hombre y mujer, no lo hizo Dios, tiene raíces más profundas conectadas con el patriarcado y el control de la sexualidad de la mujer.

Aparecido en la alta barbarie, el matrimonio monógamo fue posible gracias al tránsito de la economía nómada recolectora, al sedentarismo y la aparición de los cultivos, es decir a la sobre producción en los hogares y al descubrimiento del hombre de que tener actividad sexual daba como resultado la aparición de los hijos, explica Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.

¿A quién heredar estos bienes excedentes?, pues a los hijos, pero ¿cómo saber que son propios y no ajenos?, pues muy fácil, sometiendo a la mujer en propiedad privada y controlando así su sexualidad para garantizar que no anduviera con nadie más.

Fue así como nació el matrimonio monógamo, donde como señala el psiquiatra austriaco Wilhelm Reich, no hubo rosas, flores, cortejos, ni siquiera acuerdo mutuo. Fue un acto de sometimiento brutal de un género sobre otro proclamando el triunfo del patriarcado.

En el matriarcado las relaciones eran libres y las actividades eran organizadas por la mujer, responsable directa de los hijos. Con el matrimonio se acabó esa libertad  y la mujer pasó a tener «dueño», a entregar cuentas de todos sus actos al hombre y sobre todo, a no transgredir las reglas creadas por éste último, so pena, como en muchas sociedades, de ser lapidada, apedreada y asesinada por «infiel».

El patriarcado no sólo creó el matrimonio y todas sus leyes de convivencia, creó también la prostitución y el adulterio, instituciones inexistentes en el matriarcado. «No quedó contento con disponer de una mujer en su casa, sino que sometió también a las demás», explica Reich.

Este mismo patriarcado, creó leyes para el hombre que no aplican para la mujer, es decir, distinguió desde un principio, que ambos géneros no eran iguales.

Dichas reglas siguen dominando las relaciones en el matrimonio bajo leyes claras o encubiertas, pero de cualquier modo, bajo  la doble moral, permite al hombre relaciones pre maritales y extramaritales, instituciones como el table dance y prostíbulos, «casas chicas» e innumerables hijos fuera del matrimonio, cosas que siguen estando censuradas y mal vistas para la mujer.

De siempre, todas las sociedades patriarcales han relegado a las mujeres, poniéndolas como objetos de uso o de culto, creando la dualidad reina/ramera presente en hebreos, romanos, la Edad Media y la sociedad occidental, con un patriarcado sumamente dominante y rígido.

Las reglas en el matrimonio siguen siendo tan rígidas y cerradas como antaño y exactamente con los mismos resultados negativos para hombres y mujeres.

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