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Opinión

#ElAcentoDeHoy Ni el coronavirus es capaz de frenar las protestas antiracistas en EEUU. El malestar social encuentra la salida para manifestarse.

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Las protestas en Mineápolis (Estados Unidos) por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de policías se recrudecen con enfrentamientos y saqueos.

En plena pandemia, miles de personas regresaron a las calles por segundo día consecutivo en una serie de protestas que incluyeron pintas en las viviendas del policía que asfixió a Floyd con su rodilla.

También incluyeron enfrentamientos con la Policía, que disparó gases lacrimógenos y balas de goma en varios puntos de la ciudad, así como el saqueo a unos grandes almacenes Target y a una licorería, y el incendio de una tienda de autopartes.

Floyd, de 40 años, falleció el lunes por la noche después de ser detenido bajo sospecha de haber intentado usar un billete falso de 20 dólares en un supermercado. En vídeos grabados por transeúntes aparece Chauvin con la rodilla sobre su cuello durante minutos.

“Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar. Por favor”, se escucha a Floyd, mientras el hombre agoniza.

El “no puedo respirar” de Floyd se ha convertido, precisamente, en el grito de la protesta que vuelve a poner en evidencia la violencia policial contra los afroamericanos en Estados Unidos.