Los odonatos han influenciado la cultura y el arte globalmente, simbolizando transformación y equilibrio. Su imagen aparece en mitología, literatura, joyería, orfebrería, pintura y diseño, destacando en Japón, Europa y México con significados espirituales, naturales y estéticos.
La entomología cultural analiza cómo los insectos han impactado en la sociedad, el arte y la simbología a lo largo del tiempo. En este marco, los odonatos (libélulas y caballitos del diablo) han adquirido un lugar especial debido a su simbolismo universal y su presencia en diversas expresiones artísticas. Su imagen ha sido utilizada en mitología, literatura y diseño, reflejando su papel como mensajeros de transformación y equilibrio en distintas culturas.
Por su capacidad de transformación de ninfa acuática a adulto volador, las libélulas simbolizan renovación y adaptabilidad. Culturas como la japonesa las asocian con coraje y felicidad, y en la tradición samurái eran vistas como un emblema de determinación y victoria. En Europa, evocan lo efímero y lo etéreo, apareciendo en relatos que las vinculan con el mundo espiritual y la fugacidad de la vida. Además, su conexión con el agua las convierte en emblemas de equilibrio y fertilidad, siendo representadas en rituales de cosecha y en creencias sobre la armonía natural.
A lo largo de la historia, los odonatos han sido representados en diversas expresiones artísticas y culturales. En Japón, destacan en la pintura, cerámica, kimonos y poesía haiku como símbolo de esperanza y transformación. En Europa medieval, adornaron manuscritos iluminados, a veces con un aire de superstición, ya que se les atribuían conexiones con lo místico y lo desconocido. Durante el Art Nouveau, los odonatos fueron protagonistas de joyería y vitrales, capturando su elegancia y simetría en diseños ornamentales. En la actualidad, su representación en pintura, ilustración y diseño gráfico subraya la conexión entre naturaleza y espiritualidad, apareciendo en obras que exploran la relación entre el ser humano y el entorno natural.
En México, la importancia de los odonatos se remonta a las culturas mesoamericanas. En la tradición maya, la libélula estaba asociada con la claridad meridiana, el cambio y la fertilidad, figurando en diversas representaciones artísticas y rituales. Los aztecas también los vinculaban al agua y la fertilidad, considerándolos parte de la influencia de los dioses de la lluvia, como Chaac. En códices prehispánicos, sus estilizaciones reflejan su papel en ceremonias y prácticas espirituales. En tiempos contemporáneos, las libélulas siguen siendo fuente de inspiración en joyería, alfarería y textiles, además de aparecer en poesía y danzas indígenas, manteniendo vivo su simbolismo en la cultura mexicana.
Así, los odonatos trascienden su papel como insectos acuáticos para convertirse en figuras artísticas y culturales. Representan valores universales de transformación, conexión y belleza efímera, recordándonos el profundo vínculo entre la creatividad humana y la naturaleza.
J. Antonio Gómez-Anaya y Rodolfo Novelo-Gutiérrez/ Red de Biodiversidad y Sistemática
D. Libélula en pintura expresionista — Composición vibrante con colores contrastantes y pinceladas sueltas para reflejar energía y libertad (tomada de: https://n9.cl/4nn6n). E. Mujer-flor de René Lalique, Museu Calouste Gulbenkian – Pieza donde la figura femenina se fusiona con elementos naturales, mostrando la maestría del Art Nouveau (tomada de: https://n9.cl/jqekln). F. Jarra de metal con relieve de libélula – Diseño ornamental donde la libélula aporta equilibrio y armonía dentro de la decoración clásica (tomada de: https://n9.cl/x86fk). G. Vitral de libélula – Composición en vidrio que juega con la luz, resaltando los detalles y la simbología de la libélula (tomada de: https://n9.cl/rl5o6).