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Esposa de periodista asesinado en Sinaloa fue espiada por Pegasus de Peña Nieto

Sinaloa, 21 Marzo (Staff Paradigma).- La esposa de periodista asesinado en Sinaloa fue espiada por Pegasus de Peña Nieto, un sistema de inteligencia y espionaje israelí que su gobierno compró para supuestamente advertir cualquier acto terrorista.
El periodista Javier Valdez de la revista Río Doce de Culiacán, Sinaloa fue asesinado en 2017 y tiempo después compañeros del diario fueron intervenidos mediante la interfaz que se apodera de los teléfonos para poder acceder a ellos, situación que también vivió su esposa Griselda Triana quien cuestionó por qué el gobierno la espió poniendo sobre la mesa de nueva cuenta el debate sobre el uso que Peña Nieto le dio a Pegasus.
A la fecha se sabe que al menos 25 personas recibieron mensajes parecidos al de Triana, entre periodistas y activistas. Dos de los 25 son los de Ismael Bojórquez y Andrés Villarreal, compañeros de Valdez en la revista Río Doce.
Pegasus es un software que una empresa israelí, NSO Group, vende a Gobiernos con el objetivo de apoyar la lucha antiterrorista. O esa es la versión que mantiene la empresa. Griselda Triana se preguntaba este martes por el peligro que ella le supone al Estado. «¿Qué razones había para espiarme? ¿Pensaban que yo tenía información sobre el crimen de Javier? No creo, pues su crimen sigue impune, pese a los avances. No tengo nada que esconder».
Hasta el momento, el único comprador conocido de Pegasus en el Gobierno es la propia Fiscalía. Es decir, que serían funcionarios de la institución los responsables de haber puesto en marcha el malware, de elegir los objetivos y tratar de engancharlos.
Las preguntas de Triana vienen a cuento porque resulta difícil imaginar un motivo para tratar de infectar su celular. Y menos en el momento en que se hizo. Cuestionados al respecto, abogados que siguen de cerca la investigación de la trama apuntan a un intento por desacreditar las pesquisas; por encontrar información con la que elaborar y esparcir rumores sobre el móvil del asesinato de su esposo.
Leopoldo Maldonado, integrante de la organización Artículo 19, ha dicho que la única hipótesis que se le ocurre es que «tuvieran intención de hacer descarrilar la investigación» del asesinato del periodista.
Luis Fernando García, responsable de la Red en Defensa de los Derechos Digitales ha señalado la gravedad de los casos de Triana y de los periodistas de Río Doce. «Los intentos de instalarles Pegasus se hicieron cuando ya eran públicos casos de abuso con el malware, lo que lo hace doblemente grave. Queda claro que al Gobierno anterior le importaban muy poco las denuncias. Lo mismo que a la empresa israelí».
Para entonces ya se conocían por ejemplo, los intentos de espionaje contra la periodista Carmen Aristegui, que durante el Gobierno anterior denunció insistentemente casos de corrupción que involucraron a altos funcionarios, incluso al propio presidente; o al responsable de El Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo, que en esos años estuvo dando batalla para aumentar los impuestos a la industria del refresco.
«Nos preocupa la investigación en la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos de Libertad de Expresión», ha dicho García. «Las primeras denuncias se pusieron en junio de 2017. Sigue sin existir avance significativo en las investigaciones. Por el contrario, se han hecho públicas cuestiones que nos hacen pensar que muy probablemente en los últimos meses del Gobierno anterior existieron intentos deliberados de obstaculizar la investigación y destruir evidencia».
(Con información de El País)
Foto: Especial