Estados Unidos y México anunciaron la firma del Acta 331 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), con el que se busca prevenir la escasez de agua.
El acuerdo, logrado tras 18 meses de negociaciones, se produce en medio de una creciente escasez de agua a ambos lados del fronterizo Río Grande.
Estados Unidos realiza consultas con México para garantizar el suministro de agua fluvial lo antes posible en la actual temporada lluviosa, agrega el comunicado.
«Los últimos 30 años de gestión de los recursos hídricos de la cuenca del Río Grande han producido un amplio consenso sobre un statu quo inaceptable», dijo Maria-Elena Giner, representante estadounidense de la CILA.
Bajo un tratado de 1944, México suministra a Estados Unidos agua del Río Grande en ciclos de cinco años.
A cambio, Estados Unidos provee a México de agua que viene del río Colorado.
Este acuerdo provee a México con «herramientas y flexibilidad» para suministrar agua antes en el ciclo de cinco años, según el texto.
El tratado que ha estado vigente por décadas ha producido fricciones diplomáticas por demoras en las entregas.
Así como protestas de granjeros mexicanos preocupados por el impacto de la sequía en sus campos.
Cabe señalar que bajo el tratado de agua de 1944 entre ambas naciones, México entrega agua a Estados Unidos en el Río Bravo en ciclos de cinco años.
Para un promedio anual mínimo de 431 millones de metros cúbicos, salvo en caso de sequía extraordinaria o accidente grave en su infraestructura hídrica.
En el ciclo actual, que inició el 25 de octubre de 2020, México ha entregado un total de 524 millones de metros cúbicos.
Y tiene la obligación de proporcionar 2 mil 160 millones de metros cúbicos para el 24 de octubre de 2025.
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