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Estudiante de Harvard: «Se pinta como que Harvard es un nido de lunáticos de extrema izquierda»

Óscar Escobar, estudiante en Harvard, conversó con ‘Euronews’ sobre cómo han afectado las últimas medidas de Trump contra la admisión de alumnos extranjeros en la prestigiosa universidad estadounidense.
La Universidad de Harvard tiene casi 6.800 estudiantes internacionales matriculados en su campus de Cambridge (Massachusetts), es decir, más de una cuarta parte de su población estudiantil total. La mayoría de estos estudiantes cursan posgrados y proceden de más de 100 países diferentes. Un 9,22% de los alumnos de esta prestigiosa universidad se identifican como hispanos o latinos, según cifras de Data USA, unos 150 de ellos son españoles.
Este año, la Administración Trump ha abierto una grieta profunda con Harvard tras anuncios que afectarían a la universidad tanto a nivel económico como intelectual, institucional e, incluso, ideológico.
En abril, en una carta enviada a Harvard, el Gobierno federal de EE.UU. anunciaba la congelación de más de 2.200 millones de dólares (1.900 millones de euros) en subvenciones y 60 millones de dólares (52,9 millones de euros) en contratos. En mayo, la Administración Trump intensificaba su batalla con la famosa universidad revocando su licencia para acoger a estudiantes internacionales para el próximo año académico, aunque la medida ha sido bloqueada por un juez federal.
Este martes, medios locales afirmaron que la Administración Trump se dispone a cancelar todos los contratos federales restantes del Gobierno federal con Harvard, por un valor estimado de 100 millones de dólares (88 millones de euros), según una carta enviada hoy a las agencias federales cuyo borrador ha sido difundido por ‘The New York Times’.
La incertidumbre en el campus
Óscar Escobar es estudiante colombiano y está a punto de graduarse en Harvard. No tiene pensado quedarse en EE.UU., volverá a su país. Sin embargo, supo que el día que Trump anunció la medida contra la admisión de alumnos internacionales en Harvard, a una compañera que volvía a EE.UU. de un viaje estudiantil a los Balcanes «la tuvieron retenida tres horas en migración, sin celular ni nada». Afortunadamente, dice, la dejaron entrar y desde que el juez bloqueó la medida del Gobierno «los demás estudiantes internacionales que han entrado al país reportan haberlo hecho sin problema».
Sin embargo, cuando la noticia de Trump llegó al campus de Óscar, lo primero en lo que pensó este estudiante fue en todos los compañeros colombianos que acaban de recibir su carta de admisión a Harvard y que, ahora, se ven arrollados por la incertidumbre ya que, dice, muchos estaban con un pie en EE.UU.: «ya habían renunciado a sus trabajos o desocupado su apartamento, ya han alquilado apartamentos acá en Cambridge«.
Este futuro graduado de Harvard dice que, hasta que el juez no intercedió en la petición de Trump con la medida cautelar a favor de la universidad, uno de los alumnos del chat de estudiantes de Harvard que había pasado 48 horas encerrado por miedo a ser capturado y deportado dijo: «ya por fin puedo salir a hacer la compra» cuando se enteró de la decisión del juez.
Es que, recuerda Oscar, el caso de una estudiante de doctorado de Tubbs, que estuvo casi seis semanas presa, hizo mella en el asunto. «Se la llevaron de aquí, del estado. Se la llevaron a Luisiana. Todo, al parecer, por haber escrito un un artículo de opinión criticando lo que está sucediendo en Gaza«.
La batalla ideológica
Según Escobar, Harvard es una institución principalmente liberal, pero en absoluto comunista. «Se pinta como que Harvard es un nido de lunáticos de extrema izquierda y realmente yo creo que estamos muy lejos de eso» dice este futuro graduado. «Tuve un profesor acá que decía, entre chiste y en serio, que él cree que conoce solo a un comunista en todo Harvard» y añade que en la institución «hay una predominancia de las ideas de libre mercado».
Por ello, este deseo de intervención del Gobierno de Trump, que no coincide, según Óscar, con la línea republicana de Estado reducido, no intervencionista, es «una cosa realmente terrorífica» para personas que han destacado académicamente en sus países, en sus campos, «que hemos trabajado muy duro, que nos hemos ganado becas» y que «jamás imaginamos sentirnos como unos delincuentes en Harvard«
Tras los últimos movimientos de la Administración Trump, frenados ahora por orden judicial, dice Escobar que el ambiente en el campus es de «una calma tensa» y que no sabe cuánto va a durar.
Lo que sí sabe Óscar Escobar es que esta brecha abierta entre la Administración Trump y Harvard revela el «decaimiento de Estados Unidos como potencia académica y cultural, el sacrificio de mucha investigación y de mucho avance en la ciencia», una caída de la que «tomarán ventaja otros países que ofrecen becas, mejores condiciones, un ambiente académico vibrante sin los ataques políticos que estamos viviendo en este momento en Estados Unidos».
¿Cómo justifica estas medidas la Administración Trump?
Desde que comenzó su segundo mandato en enero, el presidente estadounidense Donald Trump ha atacado agresivamente a algunas de las mejores universidades del país por lo que él y sus aliados consideran un fomento de las ideas de izquierda. De Harvard dijo que ha permitido que el antisemitismo persista sin control durante las protestas en el campus contra la guerra de Israel en Gaza el año pasado. También se habló de «agitadores antiamericanos y proterroristas» entre los alumnos a los que la universidad debería dejar fuera.
Además, el Gobierno federal exigió reformas radicales en la gobernanza y el liderazgo de la universidad. Entre otras exigencias, también pretendía eliminar todos los programas de diversidad, igualdad e inclusión (DEI) en Harvard.
El lunes, el presidente de Harvard, Alan Garber, afirmó que la institución no cedería ante el Gobierno. «La universidad no sacrificará su independencia ni abandonará sus derechos constitucionales», escribió en una carta a la comunidad de Harvard. Esta actitud fue apoyada por el expresidente Brack Obama que instó a las universidades a seguir el ejemplo de Harvard y luchar contra los ataques del Gobierno, algo que, por ejemplo, Columbia no ha hecho, cediendo a varias exigencias de la Administración Trump el mes pasado tras ver congelados 400 millones de dólares (352 millones de euros).
Fuente:es.euronews.com