El expresidente boliviano Evo Morales ha realizado una denuncia, afirmando que hubo un intento de envenenamiento en su contra.
Sin embargo, hasta el momento, no ha presentado pruebas que respalden esta denuncia.
En diálogo con la radio Kausachun Coca, Morales contó que en el piso y la pared de su habitación encontró “algo como harina verde”.
Que pensó que se trataba de “algún producto para eliminar hormigas u otros bichos”.
Pero según un comunicado de los encargados de prensa del expresidente, se detectó que la sustancia era oxicloruro de cobre, un compuesto químico que es usado como fungicida.
Morales ha señalado al actual gobierno de Luis Arce como responsable de este presunto intento de envenenamiento.
En sus declaraciones, instó a que se detenga lo que él considera una persecución política.
Los seguidores de Morales han respaldado sus afirmaciones.
Pero la falta de evidencia concreta ha generado escepticismo en diversos sectores de la opinión pública y entre analistas políticos.
Esta denuncia se produce en un clima de tensión política en Bolivia.
Donde las relaciones entre el gobierno de Arce y el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), han sido conflictivas desde la salida de Morales del poder en 2019.
La denuncia de Evo Morales ha reavivado el debate sobre la situación política en Bolivia y la polarización entre sus líderes.
La falta de pruebas en sus afirmaciones plantea interrogantes sobre la veracidad de sus declaraciones y el impacto que esto podría tener en la política boliviana.