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Extinción de vaquita marina, resultado de un descuido sistemático
México, 4 de Abril (Staff Paradigma).- El hallazgo realizado por la organización ambientalista Sea Shepherd, el 12 de marzo pasado, del primer ejemplar de vaquita marina muerto y atrapada en una red de pesca dentro de una zona de refugio en el Alto Golfo de California, prendió una vez más las alertas para salvar al cetáceo del peligro de extinción en que se encuentra, como una herencia de administraciones pasadas.
Las implicaciones que traería para México la extinción del único mamífero endémico en nuestro país, serían muchas y de graves consecuencias, como la suspensión de todo el comercio internacional con especies de flora y fauna silvestre amenazadas hasta un posible embargo al camarón en el Golfo de México. Investigadores del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coinciden que la crítica situación en que se encuentra la marsopa se advirtió en la administración de presidente Enrique Peña Nieto y años atrás, «los programas para su conservación nunca pudieron revertir a su principal amenaza: la pesca ilegal».
Reconocieron que, si bien ésta podría ser la “última llamada”, aún se puede revertir la pérdida del único mamífero marino originario de México, cuya población fluctúa entre los 6 y 22 ejemplares, y con ello, evitar un posible embargo internacional a productos como el camarón, por su mortandad incidental a consecuencia de la pesca de la totoaba.
Y es que la pesca furtiva de la totoaba –a cuya vejiga natatoria se le atribuyen curaciones milagrosas, se utiliza como dote o incluso como inversión financiera-, ha diezmado la población de vaquitas, que, al quedar atrapadas en las redes de enmalle de pesca, mueren asfixiadas.
El investigador de la Máxima Casa de Estudios, Rodrigo Medellín, confirma que el problema de la vaquita proviene de anteriores administraciones. “Desde hace 30 años tenemos el problema de la vaquita marina y hoy tenemos la última oportunidad para salvarla”, acotó.
«Fue un descuido sistemático», y agregó: «si bien tenemos la última llamada, debe quedar claro que la marsopa sí puede recuperarse».
Ejemplo de ello, dijo, es el hurón de patas negras -vive en las praderas del norte de México y en el sur de los Estados Unidos-, que en 1960 contaba con cerca de 18 animales vivos en el mundo y hoy cuenta con más de 700.
O bien, el elefante marino del norte, una especie que se refugió en la Isla Guadalupe, localizada en la península de Baja California, de los cuales en 1990 sólo había 20 y ahora hay más de 200 mil. “La vaquita nos ha demostrado que si nosotros le quitamos la presión (la pesca ilegal), ella se empieza a reproducir.
Tan sólo en noviembre de 2018 se encontraron en el Alto Golfo de California, dos hembras con sus crías”, añadió el profesor adjunto de la Universidad de Columbia en Nueva York. Medellín Legorreta, también investigador Asociado del American Museum of Natural History y del Arizona–Sonora Desert Museum, indicó que el crimen organizado ha permeado en la sociedad al grado de estar detrás de la pesca furtiva en esa zona. “El crimen se encuentra detrás de la pesca de la totoaba y la vaquita ha sido víctima de ello”. Durante el sexenio pasado, agregó, se estima que el cetáceo se redujo 85 por ciento, al pasar de 200 ejemplares en 2012 a menos de 30 en 2017.
Actualmente la población está entre 6 y 10 ejemplares, según el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina (CIRVA).
“No es que la pasada administración lo hiciera bien o lo hiciera mal, es que la pasada administración todavía estaba haciendo algunas cosas. Nosotros venimos solicitando, pidiendo y exigiendo, rogando en algunos casos y de muchas maneras, la atención a la vaquita, no solamente de las autoridades sino de muchos otros sectores del país”, establece.
Además, “no es que el problema haya sido algo que empezó a suceder hace tres o siete o diez años. Hace más de 30 años tenemos el problema de que la vaquita está en una declinación clara y es el momento en el que hoy tenemos la última oportunidad de salvarla”.
Sobre las implicaciones que traería para México la extinción de una especie endémica como la vaquita, advierte que serían muchas y de graves consecuencias. En principio, “la comunidad internacional va a tomar cartas muy severas en el asunto con implicaciones muy serias para todos los mexicanos”.