Paradigma

Gran inundación de la Huasteca

Zonas afectadas por la vaguada del 6 al 8 de octubre. Fuente: Secretaria de la Defensa Nacional.

Por lo menos desde el día 6 de octubre y hasta el 8 de octubre, la Comisión Nacional del Agua y el Servicio Meteorológico Nacional advirtieron, como se puede leer en los reportes matutinos para medios por parte del Gobierno de México, que habría lluvias torrenciales para diversos estados de la república, entre ellos Hidalgo. El pronóstico, tomando en cuenta los remanentes de fenómenos como Priscila y Raymond, decían que debía de llover, entre 150 y 250 mm para el noroeste de Hidalgo, es decir, la zona de la Huasteca, una zona tradicionalmente descrita en geografía como compuesta por tres amplias cuencas: A) La cuenca Alta, donde destacan Tlanchinol, Huazalingo y Calnali; B) la cuenca Baja, con San Felipe Orizatlán, Jaltocán, Huejutla de Reyes, y la C) cuenca Media, compuesta por Atlapexco, Huautla y Xochiatipan. Sin embargo, en la Huasteca hidalguense llovió cada noche aproximadamente 300 mm de forma consecutiva. Estas precipitaciones, ocasionadas por una vaguada, es decir, una larga zona de baja presión atmosférica que favorece la nubosidad y las tormentas, se extendieron más allá de la Huasteca, cuyas lluvias se precipitaron con violencia sobre la Sierra de Tenango, la Sierra Gorda, la Sierra Alta y la Sierra Baja, cuyas comunidades y cabeceras se vieron afectadas por los deslaves e inundaciones, debido al desborde de ríos como el río Calabozo, el río Huazalingo, el río Claro, el río Calnali, el río Amajac, río Conzintla y el río Venados, muchos de ellos que conectan con el sistema de la laguna de Meztitlán. Fue tal la cantidad de agua, que incluso se vieron afectados los ríos de Chicavasco, Alfajayucan, el Moctezuma y la Presa de Zimapán.

Las consecuencias fueron catastróficas. En la región donde se encuentran Huazalingo, Calnali, Xochioatlán, Tianguistengo y Zacualtipán los poblados quedaron destruidos e incomunicados. Mismo caso en Tepehuacán y Lolotla y sus comunidades aledañas. Según los reportes oficiales, hay 28 municipios afectados de forma considerable. El gobierno estatal y federal, en coordinación con la SEDENA han creado puentes aéreos para enviar ayuda humanitaria, como insumos de primera necesidad y otras donaciones, hechas tanto por la sociedad civil como por el mismo gobierno. Pero la catástrofe que acontece, en presente, es histórica. En cuanto a perdidas humanas posiblemente sea la mayor, porque hasta el día de hoy, se contabilizan 21 decesos y 49 desaparecidos. Pero en cuanto a pérdidas materiales, habría que remontarnos a las Inundaciones de Tula acontecidas entre el 7 y el 9 de septiembre de 2021, y a la Inundación de Pachuca del 24 de junio de 1949.

El desastre no ha terminado. Hará falta un trabajo enorme para reconstruir los caminos, puentes y comunidades que han sufrido daños. Seguramente tomará años. Y después de eso, vendrá un período de reflexión, de memoria, de toma de conciencia. Sobre la memoria, hará falta escuchar y tomar nota de viva voz de aquellos que lo perdieron todo. A menudo las personas recuerdan el clima no por lo que dicen los meteorólogos, sino por los impactos que causó. En cuanto a las reflexiones, no podemos adelantar nada en concreto, pero seguramente tendrán relación con tres cuestiones: Primero, con el cambio climático global y cómo México debe prepararse para ello, por ejemplo, con el calentamiento oceánico y cómo impactan en la formación de fenómenos como huracanes, en segundo lugar, en la prevención de construcciones y de creación de comunidades en lugares con alta probabilidad de sufrir catástrofes naturales, y tercero, tomar en cuenta los impactos históricos y preventivos por un ciclo climático conocido como El Niño Oscilación del Sur, que en su fase cálida se le conoce simplemente como El Niño, y en su fase gélida como La Niña. Por cierto, La Niña esta a punto de iniciar, estamos advertidos.

Lic. Carlos A. Carrillo Galicia

Licenciado en Historia de México y estudiante de la Maestría en Historia, ambas en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Actualmente ocupa el cargo de instructor de Historia, Filosofía y Literatura en el Centro de Educación Continua y a Distancia (CECyD-UAEH), así como la presidencia de la Asociación de Historiadores Egresados de la UAEH.

Facebook: @histcarloscarrillo                Correo: hist.carlos.a.c.g@gmail.com

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