César Peña
Pachuca, 13 de febrero.- Hidalgo estrena espionaje político con drones. Se trataba de una fiesta privada, en un lugar apartado donde se supone que sólo llegarían los amigos más íntimos y familiares de los festejados, pero no, llegaron invitados incómodos, que desde el cielo, miraban todo.
Inquietos, por los dos drones que miraban fijamente al interior del patio del salón de eventos, todos los presentes preguntaron si alguien era dueño de estos aparatos. Negativo, no eran de nadie de casa, sino ojos de alguien más que deseaba saber que sucedía.
Y efectivamente no era difícil saber a quien les interesa ver: Moisés Jiménez Sánchez, líder moral del magisterio, quien fue invitado a esta ceremonia.
Sin impedimento legal alguno para vigilar la vida privada de la gente, los drones son ahora utilizados con fines políticos. Sobrepasan bardas, vallas y todo obstáculo físico que los humanos no pueden, son una nueva arma de espionaje y ahí está el ejemplo.
Dos y media, casi tres horas, los aparatos estuvieron vigilando los movimientos de todos los asistentes a la fiesta, nada se los impedía. Hasta que cumplida su tarea, los elevaron y fueron a recoger sus propietarios, lejos de ahí, con toda impunidad.
