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Irán advierte contra la interacción con webs vinculadas a Israel: 700 detenidos y 3 ejecuciones

Tras conflicto con Israel, Irán ejecuta espías vinculados al Mossad y confisca drones en Teherán, aumentando la vigilancia y la censura en redes sociales.
A medida que el enfrentamiento militar entre Irán e Israel se intensificaba durante el mes de junio, la escena interna de Irán no era menos turbulenta. La escalada exterior vino acompañada de una oleada de medidas de seguridad a gran escala en el interior.
Paralelamente, al bombardeo mutuo entre ambas partes, las autoridades iraníes emprendieron una serie de medidas de seguridad sin precedentes que incluyeron ejecuciones, detenciones, redadas y confiscación de material sensible. Aunque estas medidas se consideraron una respuesta directa a las operaciones de espionaje a favor de Israel, su calendario y naturaleza sugieren que el país está librando una batalla interna no menos delicada que la externa.
A las 24 horas de la entrada en vigor del alto el fuego, Irán anunció la ejecución de tres personas acusadas de espiar para el Mossad. Esto siguió a la ejecución de un cuarto convicto dos días antes, mientras que los informes locales decían que alrededor de 700 personas habían sido detenidas en los 12 días del enfrentamiento militar con Irán acusadas de cooperar con servicios de inteligencia extranjeros.
Drones: la otra cara de la exposición
La agencia de noticias Noor informó de que las autoridades habían confiscado unos 10.000 drones en la capital, Teherán, algunos de los cuales se utilizaban para operaciones de vigilancia o se sospechaba que estaban vinculados a entidades extranjeras, según la fuente. También informó del desmantelamiento de instalaciones que se cree se han utilizado para ensamblar y fabricar estos drones dentro de Irán.
Aunque a primera vista pueda parecer una medida técnica en el marco de una campaña más amplia contra la piratería informática, la medida puso de manifiesto la profundidad de la crisis de seguridad dentro del país y planteó interrogantes sobre el alcance de la penetración de estas redes en el corazón de la capital.
Ciudadanos bajo escrutinio
Las medidas no se limitaron a los sospechosos de estar implicados en actos reales. Los medios de comunicación revelaron que las autoridades enviaron mensajes de texto a varios ciudadanos advirtiéndoles de que no interactuaran con páginas vinculadas a Israel en las redes sociales, lo que consideran ilegal, según el artículo 8 de la ley sobre «lucha contra actos hostiles contra el régimen sionista», como rezan los mensajes. La carta estaba firmada por el subdirector del poder judicial para asuntos sociales y prevención del delito, lo que indica que la propia institución judicial está adoptando un estricto enfoque de censura en la esfera digital.
A medida que se ampliaba el ámbito de la sospecha y la censura, empezaban a aparecer en el horizonte los signos de una crisis social. Al mismo tiempo, han surgido interrogantes sobre los efectos de estas campañas en el tejido social, especialmente en un entorno potencialmente hipersensible a cualquier comportamiento que pueda percibirse como «deslealtad», ya sea real o percibida.
Las campañas de seguridad y los mensajes de advertencia que han afectado a los ciudadanos de a pie han alimentado una sensación general de miedo, que lleva a muchos a preguntarse: ¿Qué se considera ahora «comportamiento sospechoso»?
El frente interno
En medio de estos acontecimientos, el jefe del poder judicial iraní, Gholamhossein Mohseni Ejei, declaró que los casos relacionados con la seguridad nacional, especialmente los de espionaje, tendrán la máxima prioridad en los tribunales, señalando que mantener la estabilidad del país en estas circunstancias es un objetivo clave.
Pero el mayor reto, según los observadores, es cómo lograr esta estabilidad sin comprometer la confianza de los ciudadanos. El uso excesivo de las herramientas de seguridad puede ser contraproducente y aumentar la brecha entre el Estado y la sociedad en un momento muy delicado y complejo.
Aunque la batalla militar con Israel ha terminado, sus repercusiones en materia de seguridad siguen produciéndose dentro de Irán. Mientras prosiguen las investigaciones judiciales y se amplían las medidas de seguridad, el país parece estar sometiéndose a una amplia reevaluación de sus herramientas para hacer frente a las amenazas, especialmente a nivel digital y sobre el terreno.
Queda por ver si esta fase conducirá a un mayor escepticismo y cómo equilibrará el régimen, la seguridad nacional con el derecho de la sociedad a la privacidad y la confianza.
Fuente:es.euronews.com