Con la promesa de defender los principios constitucionales y democráticos de Estados Unidos, Kamala Harris aceptó la nominación como candidata presidencial demócrata y el reto de derrotar al republicano Donald Trump en la elección del martes 5 de noviembre.
Junto a Tim Walz, su compañera de fórmula, la actual vicepresidenta de Estados Unidos fue arropada por todas las fuerzas políticas y sociales de los demócratas congregados en Chicago, Illinois.
“En esta elección nuestra nación tiene una oportunidad preciosa y fugaz de superar la amargura, el cinismo y las batallas divisorias del pasado; una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia adelante, no como miembros de un partido o facción, como estadunidenses”, declaró Harris tras aceptar la candidatura demócrata para disputar la Casa Blanca.
Consciente de que ella entalla en la bandera de esperanza de muchos integrantes de las minorías étnicas de Estados Unidos que temen a la retórica segregacionista de Trump, Harris anotó: “Prometo ser una presidenta para todos”.
Al hablar a sus correligionarios en la Convención Nacional Demócrata, sesionando en el United Center de Chicago, Harris delineó los motivos por los que intentará vencer al candidato presidencial republicano.
Como es fiscal de la ciudad de San Francisco y como es Procuradora General de Justicia de California, Harris puntualizó que además de saber cómo ganar elecciones, sabe cómo castigar a criminales convictos, en alusión directa a Trump, declarado culpable de 34 delitos en el juicio civil que perdió en Nueva York.