La Comisión Europea ha multado a X (Twitter) por valor de 120 millones de euros, al permitir que cualquier usuario comprase la verificación de marca azul sin suficientes controles de identidad. Esta multa se justifica como un incumplimiento de las normas europeas de servicios digitales. Hablamos de trasfondo regulatorio constituido por la Ley de Mercados Digitales (DMA) y Ley de Servicios Digitales (DSA).
Por un lado, la DMA tiene como objetivo frenar los abusos de poder de ciertos gigantes digitales considerados “guardianes” del mercado. Y para ello se les impone obligaciones y prohibiciones claras. Por el otro lado, la DSA regula las responsabilidades de las plataformas online, especialmente las de gran escala, como las redes sociales, en relación a contenido nocivo, la transparencia de la publicidad, o el acceso a datos.
La Comisión Europea ha considerado que X ha violado la DSA al permitir que cualquier persona comprase la verificación de marca azul
En concreto, la Comisión Europea defiende que X ha permitido que cualquier usuario pudiera comprar la verificación de marca azul sin haber realizado suficientes controles de identidad. Y es que se alega que al comprar esta verificación, estas cuentas pueden inducir al engaño. Además de que no se ofrecía un sistema de verificación de identidad de la persona que estaba detrás de estas cuentas verificadas. En esencia, la denuncia llega porque la Comisión entiende que una cuenta, al tener un check azul, ya es una cuenta «relevante«, y puede utilizar este estatus especial para, potencialmente, cometer fraudes, suplantaciones, manipulación o desinformación.
Ahora bien, la propia ley DSA, no exige que todas las cuentas sean verificadas, pero sí prohíbe que los diseños de las plataformas sean engañosos, induzcan al error o dificulten la evaluación de riesgos para los usuarios. En el pasado, cuando X era Twitter, la marca de verificación azul se entregaba únicamente a cuentas de relevancia pública tras verificar sus datos. Con su transición a X, esta marca se convirtió en un tipo de suscripción disponible para cualquier persona que pagara, indiferentemente de su relevancia. Pero claro, también cambió el funcionamiento de X, y estas suscripciones están ligadas a tener características adicionales dentro de la red social respecto a una cuenta sin «verificar» (que no ha pagado).
X tiene un plazo de entrega para defenderse y evitar la multa
Según se informa, X tiene un plazo de 60 días para «corregir» esta verificación de marca azul. Además de 90 días de plazo para resolver el resto de infracciones. Si no hace nada, la Comisión Europea buscaría multarte reclamando, nada menos, que un 6% de su facturación global anual. De esta forma, será interesante conocer qué hará X y qué sucederá con esta verificación.
Evidentemente, podrás pensar que la culpa es de la gente que se cree todo lo que ve en internet, y bueno sí. Ahora bien, la ley no funciona así, ni es cómo lo evalúa la Comisión Europea. A fin de cuentas, las plataformas tienen una responsabilidad, y el problema de X está en que esa verificación de pago ya no tiene la misma relevancia o significado que lo tenía cuando se creó. Esto puede dar lugar a suplantaciones de otras cuentas para realizar estafas o lanzar desinformación. Por lo que X debería cambiar esta identidad verificada por simplemente como una suscripción de pago, que te da ventajas dentro de la misma. Y no como una verificación de un personaje público o relevante.
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