Opinión
La embajada de México en Noruega, ¿premio o estrategia?
Economía versus Política
César Peña *
Al paso de los dìas, los morenistas, sobre todo los hidalguenses, siguen sin encontrar la cuadratura al círculo tras la decisión del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de designar a Omar Fayad, como embajador en Noruega.
Desde la lógica del mandatario de la Nación, todo esta muy claro, pues Fayad jugó un papel fundamental en lo que fue uno de los primeros grandes desafíos del obradorismo y la 4T como fue la tragedia del 18 de enero del 2019 en Tlahuelilpan, donde murieron cientos de personas por una descontrolada toma de huachicol.
López Obrador lo explicó sin más: Fayad cooperó y ayudó en todo, lo que es comprensible si tomamos en consideración dos elementos: uno, era la responsabilidad directa de Fayad la seguridad de los hidalguenses en sus manos y dos, es conocida la tradicional barbería y salamería de los priístas hacia personas de un rango superior, en este caso, se trataba ni más ni menos que el propio presidente.
El oriundo de Téllez en Zempoala no iba a desaprovechar esta oportunidad para quedar bien, más que con la gente, con el presidente y lo logró de manera tan magistral que hoy para AMLO pesa más eso que la enorme estela de corrupción que Fayad dejó en Hidalgo.
Pero existe una segunda lectura sobre esa designación, que es la de una estrategia política para desarmar definitivamente a todo el Grupo Plural Independiente (GPI) de la escena estatal y no haga del Partido Verde una nueva sucursal del PRI.
Aunque el Verde es aliado de la 4T, al estar lejos Fayad, se va el principal operador, quien nuevamente se conventiría en el señor feudal de un nuevo reino con cientos de peones en la mano para cualquier maniobra política, comenzando por disputarle a Morena las mismas presidencias municipales, diputaciones y senadurías.
Los seguidores de esta explicación, están convencidos de que Oar Fayad estaria acotado totalmente desde Noruega y con la obligación de dejar encargado el “negocio” a otro más como el aún alcalde de Mineral de la Reforma, Israel Félix Soto o al propio Julio Valera, ambos en pleno declive.
Como sea, Omar Fayad, el “señor de los moches” del sexenio pasado, se forró las bolsas de billetes salidos del erario y junto a su socio, Félix Soto, se convirtieron en los nuevo millonarios de Hidalgo, lo que los morenistas y mucha gente sabe y no perdona por más desdobleces que AMLO le de al asunto.
* Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia