Hidalgo
La otra tragedia de quienes elaboran los cubrebocas: la pobreza

César Peña
Tlanalapa, 13 de abril.- Hay mucho trabajo por el coronavirus. De todos lados les piden cubrebocas para cubrir la demanda que es abismal, sin embargo, el taller textil en la que trabaja Mayra no se «frunce» ante el reto y decide entregar la mayor cantidad posible.
Con 10 personas laborando en ese lugar, el futuro tampoco se ve más optimista pese al gran pedido pues a precios de entre 5 a 50 centavos centavos por cada cubreboca cosido tiene cuota mínima semanal de 4 mil piezas lo que le da apenas un ingreso semanal de poco más de mil 200 pesos.
El taller de Mayra como casi todos los de la región del Altiplano, están trabajando tiempos extras para entregar cubrebocas normales y quirúrgicos para el mercado nacional lo mismo que para el exterior, pues miles de piezas van a centroamérica y Estados Unidos.
«Ganamos poco y tenemos que chingarle mucho», refiere la mujer quien diario igualmente se arriesga a contagiarse pues tiene que estar encerrada con sus compañeras.
Aquí nadie descansa, replica, no hay nada de que nos podemos contagiar o que tenemos que estar lejos. La consigna es trabajar pues sino, no comemos.
Tlanalapa, Zempoala, Tepeapulco, Epazoyucan, Pachuquilla y hasta Pachuca, se encuentran trabajando en sus talleres de maquila a marchas forzadas y la realidad es que no se dan abasto.
En los talleres mejor pagados, por cada cubreboca les deja un peso de ganancia, sin embargo, son los pocos pese a que cada pieza se está llegando a vender por pieza hasta en 85 pesos cuando su precio normal es de entre 10 y 15 pesos.