Opinión
La regulación de la IA

César Peña *
Desde que la Inteligencia Artificial irrumpió con fuerza en las computadoras, teléfonos y dispositivos inteligentes, no se pensó jamás en los alcances que podría tener a la vuelta de la esquina por lo que esta falta de regulación en diversos aspectos de la vida es una simple consecuencia de todo proceso novedoso que tiene desde luego su lado positivo y negativo.
Cuando internet comenzó a popularizarse allá por finales del siglo pasado, adolecía de una legislación y un marco regulatorio que poco a poco se ha ido diseñando y ajustando de acuerdo a las necesidades y excesos.
La misma IA ha comenzado a autorregularse para no incurrir en plagio como lo hacía en un primer momento y con justa razón, ahora cita en artículos y escritos las fuentes de donde obtuvo la información.
Diversos poderes y entidades han colocado restricciones de su uso como sucede con los Congresos de varios estados de la República Mexicana, que impiden a sus diputados hacer uso de la IA para intervenciones en tribuna lo que parece superfluo frente al poder que en realidad tiene y que puede usarse con amplias consecuencias.
En los medios de comunicación, se ha abierto un fuerte debate de si es pertinente que la IA haga resúmenes de noticias que sean susceptibles de ser presentados o exhibidos frente a audiencias como si fueran propios, es decir la IA no tiene la capacidad de reportear e ir al lugar de cada suceso por lo que su única vía informativa es recurrir a lo que hacen medios de comunicación y periodistas.
Esto que parece plagio ya ha dado lugar a una industria informativa secundaria que vende noticias frescas con presentadores y presentadoras igualmente emanadas de la propia IA, que cada vez van prescindiendo del trabajo real de los periodistas en la calle, pero la realidad es que alguien hace y va a tener que seguir reportando desde el lugar de los hechos para alimentar la red y con ello la base de datos de la IA.
La Ley Olimpia es una de las primeras regulaciones contra el mal uso de la Inteligencia Artificial en su apartado de violencia digital y la manipulación de imágenes con fines sexuales, pero esto es sólo el principio de los alcances que podría tener.
En fin, que la IA está abriendo un mundo de posibilidades que por el momento nos tienen fascinados pero que sin duda tienen un lado b que está emergiendo como todo lo que tiene que ver con las emociones humanas.
- Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia.