Paradigma

Llenos hospitales de Macedonia a causa de la contaminación.

En Skopje, los niños no van al colegio y los hospitales están atestados. Recubierta casi de forma permanente por una espesa niebla, la capital de Macedonia se ha convertido en una de las ciudades más contaminadas del mundo. 

“No es humano. Nadie hace nada”, dice Marina, que no quiere dar su apellido. Ha tenido que tomar dos meses de vacaciones no pagadas para cuidar a su hijo David, de 16 meses, hospitalizado por asma aguda. “Nació con buena salud. Ningún problema. Y ahora será sin duda asmático de por vida”, se lamenta a la AFP. 

En un hospital pediátrico de Skopje, a final de enero, más de 100 niños eran tratados por problemas respiratorios, relacionados con la contaminación. El más joven tiene dos meses. 

Como David, todos sufren las consecuencias de varios factores: rodeada de montañas, en Skopje, de 500.000 habitantes, el aire contaminado se concentra en ella. El parque automovilístico es vetusto, las industrias están situadas cerca de la ciudad y, en invierno, la calefacción individual agrega su dosis de partículas finas. 

Según el gobierno, la calefacción con madera, carbón u otros combustibles de recuperación, supone un tercio de las emisiones tóxicas en una ciudad donde solo los barrios ricos cuentan con calefacción central.

En un estudio de 2018, la ONU estima que más de un tercio de los residentes del centro utilizan madera para calentarse, junto a otros dispositivos vetustos y contaminantes. En este país pobre de los Balcanes, otro tercio de sus habitantes usa combustible encontrado en zonas de obras o vertederos, incluyendo neumáticos o desechos plásticos.

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