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Lluvias azotan viviendas y cultivos en Pakistán

Pakistán se está enfrentando a una crisis humanitaria enorme desde el 26 de junio. Las fuertes lluvias han dañado o destruido 4.373 viviendas y han provocado la pérdida de más de 5.000 cabezas de ganado.
El último informe de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), publicado este jueves.
Aumenta la cifra a 759 muertos y casi mil heridos por la temporada de monzones en Pakistán.
En las últimas 24 horas, se han producido nueve muertes y 15 heridos.
Las inundaciones continúan y miles de personas se están desplazando en el centro del país. Se espera que las siguientes lluvias torrenciales caigan sobre la ciudad de Karachi.
La NDMA alerta a los ciudadanos de esta población que se van a descargar lluvias de 100 milímetros en las próximas horas.
Por tanto, existe el miedo de graves inundaciones urbanas en la ciudad más poblada de Pakistán.
La provincia de Punjab se encuentra en un momento muy crítico, donde la crecida del río Indo.
Ha arrasado diques de contención y ha inundado decenas de aldeas en los distritos de Layyah, Taunsa y Muzaffargarh.
Esta catástrofe natural está dejando a los ciudadanos sin sus viviendas y destruyendo hectáreas de cultivos, obligando de esta manera a muchas familias a abandonar sus hogares.
Las ciudad más afectada
La ciudad más castigada por estas lluvias es la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa
Con un total de 454 muertos, según se ha podido saber por la organización humanitaria International Medical Corps (IMC).
En el distrito de Burner, miles de personas se están enfrentando a una grave crisis sanitaria por la contaminación de las fuentes de agua y la destrucción de centros de salud.
Es por ello que la IMC, en un comunicado, ha advertido que «las necesidades inmediatas incluyen el restablecimiento del acceso a las carreteras, servicios de agua y saneamiento de emergencia, refugio y equipos de salud móviles», además de que existe un «riesgo elevado de brotes de enfermedades» como el cólera y la malaria.
Este país es uno de los más vulnerables del mundo a los fenómenos meteorológicos extremos.
Un precedente parecido al que están viviendo ocurrió en 2022, cuando un «monzón con esteroides» sumergió un tercio del país, mató a más de 1.700 personas y causó pérdidas económicas superiores a los 30.000 millones de dólares.