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López Mateos, el otro gran represor del PRI

César Peña
México, 3 de agosto.- López Mateos, el otro gran represor del PRI, quien golpeó fuertemente a los ferrocarrileros, enviándoles hasta al propio Ejército Mexicano como años después lo hicieron Echeverría y Díaz Ordaz.
La huelga ferrocarrilera de 1959 de México fue una huelga laboral que estalló el 25 de febrero de 1959. sin embargo, el Gobierno siempre actuó en contra de los trabajadores, desconociendo su derecho a la huelga lo mismo que a sus dirigentes.
López Mateos envió tropas con el argumento de proteger a los obreros que querían trabajar y la PGR inició la detención cientos de ferrocarrileros arrestados y despedidos.
Para el 4 de agosto, telegrafistas y maestros se declararon en huelga de solidaridad. Los petroleros de las secciones 34 y 35 realizaron paros parciales y la Secretaría del Trabajo decidió convocar a elecciones generales.
Ahí, triunfó apabullantemente Demetrio Vallejo, que sin embargo, motivó que los empresarios y políticos desataran una campaña en contra de él, acusándolo de ser agente del comunismo y traidor a la patria, los argumentos de moda en ese momento.
Para la revisión del contrato colectivo en 1958, la empresa negó todas sus peticiones alegando que los ferrocarrileros llevarían a cabo actos de sabotaje. Pese a todo, el sindicato propuso un arreglo que se aceptó.
En esta guerra sucia del exterior, no podía faltar la CTM, quien intensificó los ataques contra Vallejo acusándolo de comunista, y provocando de nueva cuenta, que la empresa a cumpliera los acuerdos.
Ante la persistente huelga, la empresa procedió a despedir trabajadores y a lanzarlos, junto con sus familias, de los campamentos.
Muchos otros trabajadores, fueron detenidos, proponiendo el Gobierno a Vallejo la suspensión de los paros. Ante esto, Demetrio señaló que el suspendería los paros si la empresa suspendía los despidos, reinstalaba a los trabajadores y se liberaba a los detenidos, por lo que no hubo acuerdo.
Con la detención de Demetrio Vallejo, la represión del gobierno fue muy severa, pues 9 mil ferrocarrileros fueron despedidos, muchos otros detenidos, golpeados y los locales sindicales fueron ocupados por la Policía y el Ejército.
Gilberto Rojo, quien era secretario de organización del sindicato, llamó el regreso al trabajo, el cual se hizo al poco tiempo, pero también Rojo fue aprehendido.
Demetrio y Valentín Campa estuvieron 10 años en prisión, hasta que fueron liberados por el Movimiento estudiantil en México de 1968. La derrota ferrocarrilera trajo considerables consecuencias, pues los maestros y petroleros, también fueron reprimidos en forma severa.