La boda de Selena Gomez y Benny Blanco, celebrada en Montecito, California, el 27 de septiembre de 2025, aún está en boca de todos.
Y no, no fue únicamente por el vestido un diseño de Ralph Lauren que parecía sacado de un cuento moderno, ni por los invitados que aportaron brillo a la ceremonia.
El verdadero detalle que casi pasa desapercibido fueron sus zapatos. Sí, nos referimos a las bailarinas Roger Vivier Mini Strap, fabricadas en piel blanca con hebilla de cristales, que Selena seleccionó para su gran evento.
Una elección que demuestra que la comodidad puede ir de la mano del lujo, y que los detalles de estilo pueden captar toda la atención.
Según la casa francesa, “Selena reafirmó la elegancia eterna y la artesanía de primera clase que identifican a Roger Vivier.
Estableciendo a la firma como un ícono de lujo en los momentos más inolvidables”. No podrían estar más en lo cierto.
La cantante logró que un par de flats brillara tanto como su anillo de compromiso.
El regreso de las balerinas: el símbolo reciente del lujo silencioso que llevó Selena Gomez en su boda
Lo que hace unos años era simplemente un zapato casual, en 2025 se ha establecido como una declaración de moda.
Las balerinas han vuelto a estar en tendencia en pasarelas, bodas y alfombras rojas, formando parte del movimiento del quiet luxury:
Ese lujo discreto que prioriza la comodidad, los materiales de calidad y la elegancia sin exageraciones.
Recientemente, figuras como Katie Holmes, Zendaya y Kaia Gerber han lucido flats satinados, con moños o hebillas joya.
Mostrando que estos zapatos no solo son versátiles, sino también piezas fundamentales en los estilos más sofisticados.
¿Por qué se habla de las balerinas que Selena Gomez usó en su boda?
Porque reflejan exactamente lo que las novias actuales desean: comodidad sin sacrificar el estilo.
Un toque personal que combina la perfección del vestido con la naturalidad del movimiento.
Las Roger Vivier Mini Strap, con su forma redondeada y hebilla brillante, ejemplifican cómo un accesorio sencillo puede transformar por completo un atuendo.
Asimismo, evocan esa estética vintage que está predominando en 2025: romántica, refinada, pero sin pretensiones.
Y lo mejor es que las balerinas encajan en cualquier momento de la celebración: la ceremonia, el vals, la fiesta o el after.
Selena se las arregló para jugar con eso, un cambio discreto pero importante que le permitió moverse, bailar y disfrutar sin preocuparse por los tacones.