El primer ministro francés, Michel Barnier, dimitió después de la caída de su Ejecutivo en una moción de censura celebrada.
Mientras el Gobierno francés se desintegra tras un voto de censura contra su primer ministro, Michel Barnier, los manifestantes salieron a las calles para protestar contra el proyecto de ley de presupuesto que motivó la moción. Barnier propuso recortar 40.000 millones de euros en gasto público y aumentar los impuestos en 20.000 millones de euros.
Los sindicatos de servicios públicos franceses convocaron un día nacional de «acción y huelga» ya que el presupuesto de Barnier fue considerado «inaceptable» por muchos. «No cambia nada, porque los gobiernos cambian de todos modos, pero el servicio público está cada vez peor. No tenemos salarios altos, tenemos muy pocos beneficios, tenemos seguridad laboral, pero ahora nos preguntamos si la seguiremos teniendo mañana», dijo un manifestante.
Los empleados públicos expresaron su preocupación por el presupuesto propuesto, en particular en relación con las compensaciones y los permisos por enfermedad de los funcionarios públicos, mientras el país espera a ver qué sucederá con el próximo Gobierno.
La caída del Ejecutivo francés ha creado un caos político
Un total de 331 diputados de la Asamblea Nacional francesa votaron miércoles a favor de una moción de censura contra el primer ministro, Michel Barnier, que desató un terremoto político en el país el lunes cuando activó el polémico artículo 49.3 de la Constitución francesa para aprobar sin votación su plan presupuestario de la Seguridad Social para el próximo año, esquivando así el bloqueo del Parlamento.
La impopular decisión generó una lluvia de críticas de los partidos de la oposición. Desde La Francia Insumisa (LFI), su portavoz, Mathilde Panot, acusó al Gobierno de crear un «caos político» y cuestionó su legitimidad tras los resultados de las elecciones legislativas, en las que el bloque izquierdista Nuevo Frente Popular fue el más votado.
Fuente:es.euronews.com