Opinión
Los virus, ¿vivos, muertos o zombies?

- César Peña
Una de las grandes interrogantes es si los virus deben ser considerados seres vivos o no. La ciencia nos explica que los virus son agentes biológicos que pueden causar enfermedades en humanos, animales, plantas y hasta bacterias, su naturaleza plantea muchas dudas.
Para entender si los virus están vivos o muertos, es importante analizar algunas de sus características clave y cómo interactúan con las células huésped. Siendo entidades microscópicas formadas por material genético (ADN o ARN) rodeado por una capa proteica llamada cápside. Algunos virus también tienen una envoltura lipídica. Son incapaces de reproducirse por sí mismos y no tienen una estructura celular típica. A diferencia de las células, los virus no tienen organelos como mitocondrias o ribosomas, que son esenciales para la actividad metabólica.
Siendo muy numerosos, se calcula que existen 10 quintillones de virus, se cree que son una de las principales amenazas a la vida, sin embargo, han permitido que se desarrolle pero sí representan un serio peligro en algunas condiciones como las epidemias y pandemias.
Los virus no pueden realizar funciones metabólicas por sí mismos por lo que parecerían muertos o en estado cataléptico y no tienen la capacidad de llevar a cabo procesos metabólicos como la respiración celular o la producción de energía. Esto es una característica de los seres vivos, pero los virus dependen completamente de una célula huésped para realizar estas funciones.
Al no tener célula que es la unidad básica de la vida sino estructuras mucho más simples que no pueden mantenerse a sí mismos sin un organismo huésped dan la sensación de que carecen de cualquier indicio de vida al tampoco responder a estímulos externos: Mientras que los organismos vivos reaccionan a su entorno, los virus no tienen esa capacidad fuera de una célula huésped. Un virus no puede moverse, crecer ni adaptarse por sí mismo.
Por otra parte, lo que indicaría que están vivos es que tienen la capacidad de multiplicarse, pero solo dentro de una célula huésped. El proceso de replicación viral es extremadamente preciso y eficiente, lo que sugiere que los virus poseen un grado de organización biológica que permite la perpetuación de su información genética.
A lo largo del tiempo, los virus evolucionan y se adaptan a su entorno, lo que se considera una característica de los seres vivos. Las mutaciones genéticas que permiten a los virus sobrevivir y propagarse son una forma de adaptación evolutiva.
Aunque no responden activamente a estímulos, los virus interactúan con su entorno cuando entran en contacto con una célula adecuada. Su capacidad para infectar y «manipular» la maquinaria celular muestra un nivel de actividad biológica.
La mayoría de los biólogos coinciden en que los virus no pueden clasificarse fácilmente como vivos o muertos. Se encuentran en una categoría intermedia. Algunos científicos prefieren llamarlos «organismos en el límite de la vida», ya que tienen características tanto de seres vivos como de no vivos.
Una de las teorías más aceptadas es que los virus son «completamente inactivos» fuera de las células, lo que los hace parecer muertos. Sin embargo, cuando infectan una célula, se activan y pueden replicarse, lo que les da características propias de los seres vivos siendo considerados como “zombies” que requieren de células para volver a la vida.
Aunque no son considerados seres vivos en el sentido tradicional, los virus tienen una capacidad única para evolucionar, interactuar con otros seres vivos y, lo más importante, afectar a la biología de los organismos que infectan. Esto ha llevado a algunos científicos a sugerir que los virus podrían representar una forma primitiva de vida, o incluso una forma de vida muy especializada que se desvía de las normas tradicionales.
- Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia.