El organismo de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) toma la medida porque el país no está haciendo “lo adecuado” para proteger a la vaquita marina. Así es como México entra a la lista negra junto a Libia y Afganistán.
A partir de este lunes, México no podrá vender orquídeas ni cactus, tampoco exportar piel de cocodrilo.
La Convención Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) ha ordenado suspender “todo el comercio” con el país debido a que México no está haciendo “lo adecuado” para frenar la pesca ilegal de totoaba y proteger así a la vaquita marina.
La sanción afecta a 3.148 especies de plantas y animales. Esta medida, la más radical del organismo, solo se aplica a otros seis países en el mundo: Somalia, Djibuti, Liberia, Santo Tomé y Príncipe, Afganistán y Libia.
La Secretaría de Exteriores mexicana ha enviado este lunes a una delegación a Ginebra para tratar de negociar las sanciones. Mientras, las organizaciones ambientales avisan de las duras consecuencias de esta prohibición.
Pescadores ilegales y crimen organizado
Su extinción está directamente relacionada con otro animal: la totoaba, el pez más grande del Golfo de California. La vejiga natatoria de la totoaba se ha convertido en un producto de lujo en China, donde le atribuyen unos supuestos poderes afrodisíacos.
Se llega a vender hasta por 60.000 dólares. Este lucrativo negocio ha atraído a centenares de pescadores ilegales y también al crimen organizado.
Las dos especies comparten territorio, lo que provoca que toda esta pesca ilegal tenga lugar en los espacios protegidos donde trata de sobrevivir la vaquita marina.
El mamífero suele quedarse atrapado en las redes de enmalle que los pescadores utilizan para atrapar totoaba. Ahí enredada, se ahoga.
El desplome es alarmante: en 1997 existían casi 600 vaquitas, en 2016 eran 60, solo un año después cayeron a la mitad, y desde el 2019 hay menos de 10 ejemplares.
México entra en la lista negra junto a Libia y Afganistán ante una extinción anunciada, los organismos internacionales han exigido a México más esfuerzos para protegerla. De momento, sin resultados.
La implicación de los grupos criminales ha obligado, incluso, a defensores ambientalistas a exiliarse del país por el riesgo que conlleva intentar proteger esta especie.