Un feroz incendio forestal en Malibú, California, ha llevado a la evacuación de miles de residentes y turistas, mientras los equipos de bomberos luchan por contener las llamas que han consumido más de 900 hectáreas de terreno.
Se han emitido órdenes de evacuación para áreas cercanas a la Universidad de Pepperdine, afectando a aproximadamente 20,000 personas.
Más de 1,500 bomberos están trabajando en la contención del fuego, utilizando tanto recursos aéreos como terrestres en una operación compleja.
Aunque se espera una mejora en las condiciones climáticas, el incendio continúa propagándose rápidamente, lo que complica los esfuerzos de extinción.
Muchos evacuados han expresado su preocupación por la seguridad de sus hogares y la devastación que el incendio podría causar en la comunidad.
Los funcionarios locales han instado a la población a seguir las instrucciones de evacuación y mantenerse informados sobre la situación.
El incendio forestal en Malibú representa una grave amenaza para la vida y la propiedad en la región.
Las autoridades continúan trabajando arduamente para controlar la situación y garantizar la seguridad de todos los afectados.
La causa del incendio está bajo investigación
Las autoridades observan que la sequía actual y los llamados «vientos de Santa Ana», ráfagas fuertes y secas características de California, avivan las brasas y dificultan el combate.
Contribuye también para la propagación rápida de las llamas la cantidad de ramas, hojas y árboles secos en las florestas del área tras dos inviernos con temperaturas excepcionales en el oeste de Estados Unidos.
El cambio climático, exacerbado por la acción humana, es otro factor de peso que ha resultado en la cada vez más frecuente oscilación de fenómenos extremos: incendios más severos y feroces, sequías más intensas y períodos de lluvia más fuertes, entre otros.