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Oxitocina, la hormona del amor

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Es posible que ya hayas escuchado hablar acerca de la Oxitocina, la hormona del amor. Hoy te contamos acerca de esta hormona que produce el cerebro.

Esta sustancia se genera en una parte del cerebro llamada hipotálamo. Se libera y luego sale por otra parte del cerebro, por una glándula, que se llama hipófisis, y de ahí va a la sangre y se esparce por todo el cuerpo.

¿Por qué esta hormona modula parte de nuestra conducta?

La realidad es que en general las hormonas modulan las conductas. Por ejemplo, una persona que tiene bajos los niveles de la hormona tiroidea es probable que se sienta decaída, porque un buen nivel de hormona tiroidea mantiene el metabolismo y la función mental en condiciones. Si la hormona tiroidea estuviese muy elevada, la persona estaría más nerviosa, más ansiosa.

¿Cuándo se libera la Oxitocina, la hormona del amor?

En dos circunstancias muy claras: en el parto y en la lactancia. En ambas situaciones la oxitocina se comporta como una hormona necesaria para el mecanismo del parto y para la producción de la leche materna.

Sin embargo, no es lo único que hace la oxitocina, por algo es también llamada la hormona del amor y esto es porque modula las relaciones sociales, las relaciones interpersonales.

Oxitocina, la hormona del amor, conocida así porque cuando el cerebro la libera, nos sentimos mejor, es la hormona del apego y la confianza. Los niveles de esta sustancia aumentan generalmente con el afecto físico que se produce con un abrazo, una sonrisa, una conversación agradable o cuando damos o recibimos un regalo.

Las hormonas son conductas y esta hormona modula patrones de comportamiento, o bien de sexualidad, o de emociones, de sentimientos y, fundamentalmente de confiabilidad.

Cuando estás bien, en una reunión, con amigos, en familia en general de un buen momento, seguro estas segregando oxitocina.

¿Cómo funciona la Oxitocina en las relaciones afectivas?

Ahora sabemos que esta sustancia química es el motor que enciende y da forma a gran parte de nuestras conductas sociales, tales como la empatía, la confianza, la amistad, la generosidad o el altruismo.

Cuando estamos enamorados y sentimos esa pasión más intensa, caótica y casi obsesiva, la oxitocina actúa como gran desinhibidor. Los científicos dicen que lo que provoca esta hormona en nuestros circuitos neuronales es similar a que provoca el alcohol.

La oxitocina nos anima a arriesgarnos, a confiar en nosotros mismos y a no ver los posibles peligros o implicaciones que puede tener esa relación, aunque sea dañina, podemos decir que este es el lado oscuro de la oxitocina.

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