Pancho Villa, un criminal y asesino que reclutó la Revolución. Hay quienes aseguran que al calor de la batalla nadie está excento de atrocidades y crímenes, sin embargo, a Doroteo Arango no sólo lo siguen haber cometido excesos en la lucha revolucionaria, sino que era en realidad un criminal que se unió a la lucha armada de forma fortuita.
Villa es señalado de cometer fusilamientos sobre civiles, como sucedió contra 85 ciudadanos de San Pedro de la Cueva, el 2 de diciembre de 1915, siendo abiertamente una masacre cuando la lucha era contra los federales.
Pero no sólo eso, sino que es acusado de ordenar saqueos, violaciones de mujeres y menores de edad, asesinato de niños, así como separar a menores de sus familias para reclutarlos a su causa.
El también llamado “Centauro del Norte”, es acusado también de asesinar a 90 mujeres en masa, ordenar a Rodolfo Fierro ejecutar al mayor de Artillería Leonardo Anchondo Zubirán, entre diversas acciones más, antes de caer muerto el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua.
Para el doctor Herminio Sánchez de la Barquera, Director de los Posgrados en Ciencias Sociales de la UPAEP, Pancho Villa en realidad comenzó como un bandido que luego se hizo revolucionario y más tarde se convirtió en guerrillero, provocando una imagen controversial de este héroe a quien muchos nacionalistas quieren crearle una imagen inmaculada.
En el libro, “La sangre al río”, se cuenta que en una disputa en Parral, el líder de la División del Norte, ejecutó a varios integrantes de la familia Herrera, que estaban manitados, sólo por una diferencia que tuvo con el padre de éstos, José de la Luz, quien era un carrancista y antiguo aliado de Villa.
Diversos estudios coinciden en que Villa practicó el bandidaje por varios años antes de trabajar en una mina y ser albañil, sin embargo, ya era un forajido que buscaba la justicia intensamente.