César Peña
Pachuca, 29 de abril.- Pese a que cada vez más personas lo siguen, los practicantes del poliamor son vistos como “degenerados”, “sucios” e infinidad de calificativos denostativos. El poliamor sufre discriminación e intolerancia.
Aunque en México se calcula que casi un millón de personas se han adherido a esta forma de vínculo múltiple, siendo una opción más de la gente fuera de las relaciones monógamas, existe desdén hacia esta práctica.
En las redes sociales y foros de discusión abiertos, son precisamente los monógamos quienes atacan y critican el poliamor y otras formas de relaciones no exclusivistas.
Con señalamientos como “sucios”, “locos”, “depravados” y “degenerados”, sus detractores salvan su distancia con este pensamiento que crece también en el mundo.
En México, existen grupos de poliamor en casi una veintena de estados de la República y en algunos de ellos, existen hasta varios grupos diferentes.
Realizan talleres, conferencias, conversatorios y un sinnúmero de actividades para informar a sus miembros o a la sociedad abierta de sus objetivos y experiencias.
Hidalgo no es la excepción y cuenta con un grupo recientemente creado que tiene el mismo objetivo de convertirse en opción para quienes no están de acuerdo con el matrimonio monógamo y las relaciones convencionales.