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Hidalgo

Resistencia en la UAEH: Otilio, el perro gandalla

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Jornadas de resistencia en la UAEH

Desde el inicio del paro en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), los jóvenes, en su mayoría mujeres, han construido un nuevo amanecer, con una conciencia única entre el estudiantado, que está demostrando que la dignidad no se suplica, se conquista con acciones. Nadie cree que a estas alturas, en pleno 2023, siga existiendo el porrismo dentro de la institución y que lo hayan conocido en su peor rostro, el de la violencia del 19 de septiembre, aunque ya tenía visos en las aulas con el acoso sexual, desplantes, falta de materiales y cañones, de lo que era la punta del iceberg.

Muchos, en las afueras de Ciudad del Conocimiento, se hicieron amigos de causa; la resistencia los unió. A diferencia de sus compañeros del Instituto de Artes (IDA) o del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHU), aquí siguen afuera de las instalaciones, durmiendo en plena calle, donde han visto de todo; desde un pueblo hidalguense solidario que les lleva víveres, cobijas y dinero, derechistas y reaccionarios que les gritan o les mientan la madre, hasta autos particulares desconocidos que hacen rondines, vigilando cada movimiento que realizan.

Al campamento de la resistencia, que tiene una fogatita para cocinar algunas alimentos y calentarse durante la noche, han llegado también varios perritos, cuatro para ser exactos, que fueron adoptados por los alumnos, que en un intercambio favorable para ambos, recibieron alimento a cambio de dar su compañía.

Por la quinta noche llegó otro perro, que fue igualmente recibido con amor por la comunidad estudiantil, sólo que este perrito comenzó a hacer lo impensable: atacó a los demás perritos y quiso ser el único en el lugar. Por supuesto los y las jóvenes no permitieron el abuso y los controlaron. Desde esa noche, el recién llegado, fue bautizado como “Otilio”, en honor al funesto director del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI), Otilio Acevedo Sandoval, por su prepotencia y arrogancia.

Las frías noches de incertidumbre en las casitas de campaña se combaten con la esperanza y el anhelo de justicia para quienes fueron molidos a golpes por el porrismo, por quienes han sido acosadas y condicionadas, por quienes no tienen, como dicen los jóvenes, “ni siquiera un pinche peso” para completar para el pasaje de regreso a sus casas, por quienes han sufrido la indiferencia de sus necesidades y hasta por los que tienen que juntar para la renta de sus cuartitos en los alrededores de la Universidad.

Mientras ellos pasan todo tipo de penurias, rectoría alimentó una clase parasitaria estudiantil que se hacen llamar líderes a los que les da hasta un sueldo, les presta las camionetas y autos de la institución y les permite y paga las bacanales de cada semana dentro y fuera de la institución y hasta les da millonarias becas, como la hija de Gerardo Sosa, para estudiar en el extranjero, mientras a los estudiantes les falta de todo.

Todos se calientan, como dice Román, con optimismo de la sociedad que les grita “no están solos”, por quienes les acercan apoyo, antes que dinero, por quienes conocen la lacra que es el Grupo Universidad y el porrismo. Muchos están conociendo apenas el libro “La Sosa Nostra: porrismo y Gobierno coludidos en Hidalgo”, que se están pasando en versión digital descubriendo lo que fue la Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo (FEUH) y los delincuentes líderes que gestó y que fueron después diputados, alcaldes y hasta rectores de la propia UAEH.

En este ambiente de incertidumbre, todo calienta, incluso el paso de los días, que suman resistencias contra la opresión y el autoritarismo.

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