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Ruta del pueblo Wixárika ya es Patrimonio Mundial de la Humanidad

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Ruta del pueblo Wixárika ya es Patrimonio Mundial de la Humanidad

Un hito histórico para la cultura Wixárika: la ancestral ruta ceremonial ha sido inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Este reconocimiento, fruto de años de lucha por parte de las comunidades indígenas y el Estado mexicano, protege un camino de más de 550 kilómetros que conecta la vida espiritual y cultural de este pueblo originario.

El camino, que parte del Gran Nayar (Nayarit y Jalisco), serpentea a través de Zacatecas, Durango y San Luis Potosí.

Culminando en el desierto de Wirikuta, un sitio sagrado de inmensa importancia para los Wixárika.

Como expresó un representante indígena en lengua wixárika ante la Unesco.

«Es un reconocimiento y una protección a la tierra donde se fundan las esencias de la vida».

Un Testimonio Cultural Vivo

La Unesco ha destacado la ruta como una de las más representativas de las rutas precolombinas aún en uso en América.

A lo largo de este camino, se conservan rituales, cantos, relatos orales y prácticas chamánicas transmitidas a través de generaciones.

Cada año, los Wixáritari realizan una peregrinación a pie, guiados por el mar’akame (sacerdote tradicional).

Hasta el Cerro El Quemado, cerca de Real de Catorce (San Luis Potosí), para celebrar el ritual del peyote, planta sagrada vinculada a Hikuri, el venado azul y deidad del conocimiento.

Más allá de su significado espiritual, la ruta representa un ejemplo excepcional de manejo tradicional de la biodiversidad.

Las prácticas de conservación de especies, los saberes agrícolas y la profunda conexión espiritual con los ecosistemas de la Sierra Madre Occidental.

Y el desierto de Chihuahua son elementos clave de este patrimonio inmaterial.

Protección Internacional para un Patrimonio en Serie

La inscripción como bien en serie enfatiza la importancia de proteger la ruta en su conjunto, reconociendo su valor integral. Esta designación internacional ofrece un resguardo frente a amenazas como la minería, el saqueo cultural y la degradación ecológica.

La ruta, ya reconocida en el Plan de Justicia para los Pueblos Wixárika, Náayeri, O’dam y Meshikan (2023), firmado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, que identificó 16 sitios sagrados en peligro, ahora cuenta con la protección de la comunidad internacional.

Este reconocimiento representa un triunfo para la conservación cultural y ambiental, asegurando la preservación de este invaluable legado para las generaciones futuras.

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