Opinión
San Valentín, el cupido que trae también dolor, suicidios y violencia
Economía versus Política
* César Peña
Independientemente del fenómeno consumista que se encuentra presente en la celebración del 14 de febrero con motivo de San Valentín, donde presuntamente todo es felicidad, abrazos, besos y enamoramiento, cohabita un submundo, el del sufrimiento, que pocos quieren ver.
Resultado de estas altas expectativas que se colocan en esta fecha, en que se pinta un mundo feliz parafraseando el libro de Aldous Huxley, muchos enamorados y enamoradas eligen este día para declararse su amor resultando no siempre el desenlace esperado donde irrumpe todo lo contrario; llanto, sufrimiento, depresión y en algunos casos, suicidios.
Justamente este aspecto de salud mental es el que no desea hacerse cargo el modelo monógamo, quien lleva al límite los deseos y emociones pero no enseña ni educa a la población para su manejo.
Siempre lo he dejado asentado que la monogamia y sus mitos del amor romántico estilo Walt Disney, no promueven la madureza afectiva ni la responsabilidad emocional, siendo un modelo que deja en manos de cada persona, de su familia y escasamente en la sociedad, esa tarea tan importante.
Programados para conductas estereotipadas, el 14 de febrero prepara a la gente para desbordar afecto, algo positivo que deberiamos hacer todo el tiempo, sin embargo, cuando se trata de lo sentimental, del amor de pareja, todo resulta además de incierto, se vuelve contradictorio por esa falta empatía, comunicación y sobre todo conciencia con la que se nos educa.
Todos oyen lo bonito que es el 14 de febrero, pero también debemos atender lo “feo” que sucede cada año y que son los corazones rotos, los casos de depresión y suicidio. El mes de febrero es el que mayores tasas de suicidios registra en México en comparación con el resto de meses del año.
Cierto, las altas expectativas pero también hay quienes se animan a decirle a su pareja que no es el “verdadero amor” lo que es también peligroso en un país altamente machista y posesivo, siendo también otra causa de crímenes y feminicidios.
Ambos casos pertenecen al mismo fenómeno que no ha podido ser resuelto ni explicado bajo el actual modelo de convivencia que sigue diciéndole a la gente que le pertenece a la otra persona y que ésta pertenencia física y sentimental se paga con el sufrimiento y hasta con la vida.
Mientras no nos enseñen que el amor es libertad y que no somos propiedad de nadie, la convivencia será de dualidades extremas felicidad/sufrimiento porque “así es el emor” según una sociedad mononormada que lleva siglos enfermando a la gente con esta guía poco efectiva.
- * Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia