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“Sister Hong”, el hombre que fingió ser mujer y sedujo a más de 200 hombres en China

La detención de Jiao, un hombre de 38 años conocido en redes sociales como «Sister Hong» y «Uncle Red», ha sacudido a China. Acusado de hacerse pasar por mujer para atraer y grabar en secreto a más de 1.000 hombres durante encuentros sexuales, el caso ha generado un intenso debate sobre la privacidad, el consentimiento y la difusión de contenido íntimo sin autorización.
Jiao, utilizando maquillaje, pelucas y ropa femenina, creaba una identidad convincente en aplicaciones de citas y redes sociales.
Atraía a una amplia gama de hombres, incluyendo estudiantes, profesionales y extranjeros, a su residencia privada donde instalaba cámaras ocultas para grabar los encuentros sexuales sin su conocimiento.
En ocasiones, modificaba su voz para acentuar el engaño.
El alias de «Sister Hong» se popularizó entre usuarios tailandeses, replicándose en sus perfiles falsos.
En China, el «Nanjing Sister Hong Incident» se viralizó, generando memes, parodias y filtros de realidad aumentada que recreaban la decoración de la habitación donde se grababan las escenas.
Las grabaciones se comercializaban en grupos privados online por 150 yuanes (21 dólares).
Jiao afirma haber grabado a más de 1.600 hombres, aunque la policía considera esta cifra inflada. La investigación sigue abierta.
La difusión masiva del material, sin editar, en redes sociales y servicios de mensajería, ha tenido consecuencias devastadoras.
Familiares, colegas e incluso parejas han reconocido a sus seres queridos en las grabaciones.
Una madre identificó a su hijo, maestro de inglés en un jardín de infantes, mientras que una mujer descubrió a su prometido entre las víctimas.
Aunque no se ha confirmado extorsión económica, Jiao solicitaba pequeños obsequios antes o después de los encuentros.
La mayoría de las víctimas desconocían que estaban siendo grabados hasta la filtración del material.
El impacto emocional es considerable, afectando la privacidad y la exposición en comunidades donde la orientación sexual y la vida privada son aspectos íntimos.
Plataformas como Weibo albergaron debates y llamados a detener la difusión del contenido.
La policía advirtió sobre la ilegalidad de compartir material pornográfico y pidió respeto a los derechos de los involucrados. Sin embargo, la circulación clandestina persiste.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Nanjing ha implementado programas de evaluación médica gratuita para quienes estuvieron en contacto con Jiao.
Sin embargo, por leyes de privacidad, no se ha difundido información sobre su estado de salud.
Jiao enfrenta acusaciones de producción y distribución de material pornográfico, con penas de hasta dos años de prisión, además de posibles cargos por violación de la intimidad, derechos de imagen y uso de datos personales sin consentimiento.
Las investigaciones continúan para determinar la dimensión real del caso y el número de afectados.