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Tras la posible retirada de Bélgica, ¿podría España abandonar Eurovisión?

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La radiotelevisión pública belga ha deslizado su posible desvinculación del festival de música más seguido del mundo si la organización no implementa una mayor transparencia en su sistema de votaciones, tras el segundo puesto de Israel en esta edición. ¿Podría ‘RTVE’ seguir su ejemplo?

Nerviosismo y malas sensaciones entre la comunidad ‘eurofan’ tras la celebración de la última edición del Festival de Eurovisión en Basilea, Suiza, donde la candidatura de Israel quedó segunda tras un agónico recuento final contra la ganadora, Austria. Tras las quejas de varios telespectadores sobre la posibilidad de manipulación del televoto -basado en las puntuaciones de un jurado profesional y del público-, la radiotelevisión belga, ‘VTR’, ha cuestionado su participación en futuras ediciones si no se toman medidas para que haya una mayor transparencia en el sistema de votación.

«En ‘VRT’ observamos que el Festival, tal como se organiza actualmente, se ha convertido cada vez menos en un evento unificador y apolítico (…) Sin respuestas serias a nuestras preocupaciones sobre el Festival, cuestionaremos nuestra futura participación«. Su portavoz, Yasmine Van der Borght, ha añadido lo siguiente: «No tenemos indicios de que el recuento del televoto no se haya realizado correctamente, pero solicitamos total transparencia a la UER [Unión Europea de Radiodifusión]. La cuestión es, sobre todo, si el sistema actual garantiza un reflejo justo de la opinión de los espectadores y oyentes».

El ente público centroeuropeo también ha apoyado una petición de su homóloga española, ‘RTVE’, que rechaza la participación de Israel en futuras ediciones del certamen. «‘VRT’ apoya la solicitud de ‘RTVE’ y, una vez más, hace un llamamiento explícito a entablar un debate con todas las naciones, con un compromiso genuino y preocupación por la supervivencia del concurso».

En el caso de España, el pésimo resultado de la candidatura de ‘Esa diva’ (puesto 24 de 26) y las declaraciones de su representante, Melody, tras la noche del certamen («Que viva el arte y la música, aunque a veces prevalezcan otras cosas«) se han sumado a la cada vez más evidente tensión política en torno a la UER, encargada de organizar anualmente la mayor herramienta de diplomacia blanda europea en la cultura global. En el centro del debate público está la continuidad de Israel en el concurso debido a la situación de asedio militar y de hambruna que sufre la población de la Franja de Gaza, amparada por el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reclamado esta mañana la expulsión de Israel del certamen durante un acto cultural, posicionándose en paralelo con ‘RTVE’ y recordando la expulsión rusa del festival tras la invasión de Ucrania en 2022: «Si nadie se llevó las manos a la cabeza cuando se inició la invasión de Rusia y se le exigió la salida de competiciones internacionales y no participar en Eurovisión, tampoco, por tanto, debería hacerlo Israel. No podemos permitirnos dobles estándares en la cultura», ha dicho Sánchez.

Tras el sábado, muchos acérrimos del concurso se preguntan si es factible la retirada de España del mismo si la UER no rectifica su posición sobre la participación del país de Oriente Próximo. Madrid pertenece a lo que se conoce como los ‘Big 5’ de Eurovisión: su participación está garantizada en la final al ser uno de los mayores financiadores públicos del concurso junto a Italia, Francia, Reino Unido y Alemania. Analizamos lo que supondría para la UER una hipotética retirada española, empezando por lo básico:

¿Podría España salirse de Eurovisión?

Los estatutos del organismo paneuropeo rezan lo siguiente: «Cualquier miembro, asociado o participante autorizado podrá renunciar a la UER en cualquier momento tras notificar su decisión mediante carta certificada dirigida al presidente en la sede de la UER, la cual entrará en vigor 12 meses después de su recepción». Es decir, España o cualquier país debería renunciar este mes de mayo a su participación en caso de querer ausentarse durante la que será la 70º edición del concurso musical más popular del mundo, pero tiene derecho a hacerlo.

«El miembro saliente», añaden las reglas, «conservará todos los derechos y obligaciones de la UER durante un período de doce meses a partir de la fecha de recepción de su carta de renuncia. Como parte de este período, el miembro saliente deberá abonar el equivalente a un año de su cuota de membresía vigente«. Lo cuál nos lleva a hacernos, naturalmente, la siguiente pregunta:

¿Con cuánto dinero contribuye España al Festival?

Según el portal de transparencia de ‘RTVE’, la cuota por los derechos de retransmisión que la cadena pública paga a la UER ascendió en 2024 (durante la edición en Malmö, Suecia) a 357.063 euros, y este año a 331.721, una cifra algo menor.

Con respecto al resto de los países, la UER no es demasiado transparente: «Esta cuota varía según el país, basándose en el principio de solidaridad: quienes más aportan son los más responsables. Cada emisora ​​participante podrá decidir si desea hacer públicos los detalles financieros de su participación«. Es de esperar, no obstante, que el resto de los ‘Big 5’ paguen cifras similares por sus derechos.

De acuerdo con las cifras financieras del informe anual 2021-2022 de la UER, solamente los ingresos por cuotas de membresía y otras obligatorias ascendieron a un total de 53,77 millones de euros, por lo que la contribución española al certamen, pese a ser una de las más altas, no supondría un daño especialmente considerable para las cuentas de la organización.

¿Han salido otros países de Eurovisión en el pasado?

Sí, y es habitual. Andorra, por ejemplo, dejó de participar en 2009 tras seis ediciones, desde su debut en 2004. Bulgaria, Chipre, Serbia, Bosnia y Herzegovina o Croacia se retiraron debido a «restricciones presupuestarias severas» en 2014 debido a la crisis económica. Moldavia no participó este año, alegando su complejo clima político y económico para presentar una actuación de calidad.

El caso más destacado es el de Italia, al ser una de las principales financiadoras y un miembro histórico del festival, y cuyos participantes se eligen anualmente en una de las preselecciones previas más conocidas por los eurofans: el Festival de San Remo. La ‘RAI’, ente público italiano, decidió dejar de participar entre 1994 y 1996, regresando esporádicamente en 1997 pero cesando su participación nuevamente entre 1998 y 2011.

¿Podría expulsarse a Israel de la organización? ¿Cómo justificó la UER el caso ruso?

Los estatutos de la organización son bastante garantistas y ambiguos a la hora de abordar las expulsiones: «Todo miembro o asociado que incumpla las disposiciones de estos Estatutos o sus obligaciones financieras, o que se niegue a ejecutar una decisión de la Junta Directiva o de la Asamblea General, estará sujeto a posibles sanciones por parte de la Junta Directiva, y podrá, además, ser expulsado de la UER por decisión de la Asamblea General«.

La UER justificó la expulsión de Rusia mediante este comunicado de prensa del 25 de febrero de 2022: «El Comité Ejecutivo ha tomado esta decisión tras una recomendación emitida hoy por el órgano rector del Festival de la Canción de Eurovisión, basándose en las normas del evento y los valores de la UER. La recomendación del Grupo de Referencia también contó con el apoyo del Comité de Televisión. La decisión refleja la preocupación de que, dada la crisis sin precedentes en Ucrania, la inclusión de una representación rusa en el Festival de este año desacreditaría la competición«.

La continuidad de Israel durante esta edición ha provocado serias consecuencias antes de la gala final. Toda bandera no nacional fue prohibida durante los eventos oficiales, incluida la LGTBI o la insignia palestina. La encargada de retransmitir el evento en España, ‘RTVE’, fue advertida de posibles amonestaciones en un duro comunicado por por parte de la UER, después de que sus dos locutores habituales durante el festival informasen sobre la cifra del número de muertos aportada por el Ministerio de Sanidad de Gaza y pidiesen «paz, justicia y respeto por los derechos humanos».

La presencia de Israel ya provocó altercados durante la edición del año pasado. Cantantes como Bambie Thug (Irlanda) o Marina Satti (Grecia) denunciaron un hostigamiento por parte de la delegación de Tel Aviv entre bambalinas a determinados artistas que se habían posicionado políticamente en contra del asedio a la Franja, así como a través de los medios de comunicación israelíes, y amagaron con no participar en ciertas fases del concurso.

Fuente:es.euronews.com

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