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Unicel, de platos y vasos para la cena a ganchos de ropa y portarretratos
México, 1 Enero (Notimex).- En los festejos de esta temporada, donde el consumo de productos y alimentos aumenta, el unicel es uno de los protagonistas como recipiente, envoltura o empaque, sin embargo su uso y beneficios son breves, mientras que sus efectos negativos para el ambiente son prolongados.
Vasos, platos, charolas o empaques, que son la materia prima utilizada en las fiestas de Navidad y fin de año para los tradicionales convivios, intercambios y las cenas, terminan en los botes de basura, en el mejor de los casos, o tirados en las calles de todo el país.
En México, cada año se desperdician aproximadamente 125 toneladas de unicel y su proceso de desintegración de manera natural puede durar desde 30 días, hasta varios años, lo que también depende de las condiciones ambientales.
Por ello, al darse cuenta que existía la necesidad de mejorar el manejo de diferentes tipos de residuos, en especial del unicel, un grupo de jóvenes egresados de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inició un proyecto al respecto, cuando aún estudiaban.
El director general de la empresa Renueva, Héctor Chávez, comentó que muchas personas recolectaban de la basura diferentes tipos de residuos como papel, cartón, aluminio, vidrio y pet, pero el unicel y los residuos orgánicos, era lo único que se quedaba ya que no había una tecnología para reciclarlo de manera eficiente.
Por ello, él y su equipo se dieron a la tarea de crear una máquina para ayudar a que este material volviera a ser utilizable y desarrollaron un prototipo que posteriormente escalaron a un tamaño industrial.
Así fue que en 2016 abrieron un centro de acopio en la alcaldía de Cuauhtémoc, de la Ciudad de México, para recibir el unicel, después iniciaron la instauración de una planta de reciclaje, donde desde entonces reciclan este material.
Sin embargo, aseveró en entrevista que hace falta socializar el proyecto, “hacer saber a las personas que el unicel se puede reciclar”, y como parte de su estrategia para ello buscan llegar a diferentes partes de la República mexicana.
El proceso de reciclaje consiste en llevar los desperdicios de unicel al centro de acopio, el cual debe ir limpio, pero no lavado, solo sin exceso de residuos orgánicos; un vaso, una charola o el empaque donde venía guardada la pantalla o el refrigerador, hieleras o material de la construcción, son recibidas.
Posteriormente, se muele y se le retira todo el aire que tiene, pues este elemento representa 95 por cierto en el unicel; una vez comprimido, se inicia un proceso denominado extrusión, que es como una máquina de espagueti, se gira un tornillo por donde pasa el material y se agrega calor por medio de resistencias eléctricas para fundirlo.
De ahí, se obtienen unas pequeñas tiras como espagueti, que en lugar de ser de masa son de poliestireno, el material con el que está hecho el unicel; una vez que se enfrían, las tiras se cortan del tamaño de un arroz y esto es la materia prima para fabricar nuevos productos plásticos como juegos de geometría, ganchos para ropa, barras de plumas desechables o marcos para fotos.
Este proceso tarda en realizarse 15 minutos, desde que se muele hasta que obtienen la materia prima que posteriormente es llevada a empresas que fabrican este tipo de productos, como una planta que produce plumas u otros artículos.
Precisó que el poliestireno reciclado es muy económico y tiene las mismas características que el material virgen, por ello cuentan con una amplia cartera de clientes, de los cuales, el principal es una empresa dedicada a fabricar molduras para hacer marcos para fotos.
Para contribuir a este proyecto y al cuidado del ambiente, las personas pueden llevar el unicel al centro de acopio ubicado en la calle de Mimosas, número 63, en la colonia Santa María Insurgentes, en un horario de 10:00 a 18:00 horas de lunes a viernes, con lo que se podrá evitar que los productos de este material terminen en las calles y darle un nuevo uso.