Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se ha llegado a un acuerdo para retirar los cargos contra Yevgeny Prigozhin. Tampoco se tomarán medidas contra los mercenarios que tomaron parte en la rebelión y aquellos que no lo hicieran podran firmar contratos con el ministerio de Defensa ruso. Peskov declaró que el «gran objetivo» del Presidente ruso era «evitar el derramamiento de sangre y los enfrentamientos internos con resultados imprevisibles».
Tras el acuerdo, Prigozhin anunció que sus hombres se encontraban a sólo 200 kilómetros de Moscú, pero que había decidido pedirles que regresaran a Ucrania para evitar «derramar sangre rusa».
El sábado por la mañana, el ejército privado de Prigozhin parecía controlar instalaciones militares en Rostov del Don, cuartel general de las operaciones rusas en Ucrania.
Pero el objetivo era el ministro de Defensa de Moscú, Sergei Shoigu, al que había criticado duramente por su gestión de la invasión de Ucrania. La capital rusa se había preparado para la llegada de las fuerzas de Wagner.