Las protestas se suceden frente al Ministerio de Educación de Teherán en plena «crisis de envenamientos» en los colegios femeninos de Irán. Decenas de estas escuelas han sido víctimas de estos extraños y supuestos ataques a lo largo de los últimos tres meses.
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Las alumnas sufren de vómitos, mareos y palpitaciones al inhalar algún tipo de compuesto químico del que poco se sabe. Más de mil niñas han sufrido estos síntomas, con un número indeterminado de ingresos en hospital. Muchas de las víctimas se refieren siempre al olor como «una mezcla de naranja podrida y productos de limpieza».
Ante semejante panorama, el propio líder supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei ha roto su silencio, instando a que los autores sean «condenados a severos castigos» por un crimen que considera «grave e imperdonable». «No habrá amnistía para ellos», ha dicho Jamenei.
La semana pasada el presidente del país, Ebrahim Rais, ordenaba iniciar una investigación para resolver el origen y las razones de esta oleada de intoxicaciones, dando instrucciones a su ministro de Interior, Ahmad Vahidí, de averiguar «con rapidez» las causas de estos envenenamientos.
Todo tipo de teorías
Los envenenamientos comenzaron el pasado noviembre en la ciudad santa de Qom, en medio de las protestas antigubernamentales que estallaron en todo el país tras la muerte de Mahsa Amini, la joven detenida por llevar mal el velo.