Bajo el calor sofocante, decenas de turistas y viajeros en Italia han visto truncados sus planes vacacionales. Una jornada caótica ocasionada por una importante huelga de trenes, que se produce a nivel nacional.
Los sindicatos ferroviarios denuncian la falta de personal, las horas extra excesivas, los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo. La compañía Trenitalia, regentada por el gobierno, advirtió sobre un “impacto significativo” de la cancelación parcial o total de las líneas de alta velocidad Frecce, Intercity y los trenes regionales. También dijo que las demoras se prolongarían más allá del final del paro.
La protesta fue inicialmente convocada por dos días y posteriormente reducida a 24 horas tras la intervención del ministro de Transportes, Matteo Salvini, quien después la limitó a 12 horas.
Salvini dijo que “dejar a un millón de italianos varados con temperaturas de hasta 35 grados es inconcebible”, y prometió facilitar una reunión entre las empresas y los sindicatos “para dar satisfacción a los trabajadores ferroviarios italianos, pero sin dejar varados a cientos de miles de italianos que no tienen la culpa”.