Las fuerzas de apoyo a la paz de la OTAN (KFOR) han acordonado la zona donde el lunes se produjeron enfrentamientos con ciudadanos serbio kosovares que causaron 30 heridos entre los efectivos de la Alianza (actualmente hay 3 800 desplegados), 11 italianos y 19 húngaros, tres de ellos heridos por arma de fuego. El motivo de los disturbios son las elecciones a la alcaldía. La OTAN y la Unión Europea tratan de mediar entre Pristina y Belgrado.
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«Las fuerzas de la OTAN tomarán todas las medidas necesarias para mantener un entorno seguro y protegido para todos los ciudadanos de Kosovo, y seguiremos actuando con imparcialidad de acuerdo con nuestro mandato de las Naciones Unidas», afirmaba Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN. La Alianza ha incluído el asunto de Kosovo en su reunión de estos días pese a no estar en la agenda del encuentro, al que han asistido los ministros de Exteriores de los países miembro.
Se están realizando intensos esfuerzos diplomáticos para rebajar la tensión de la situación. El Presidente serbio, Aleksander Vucic, ha pedido a los embajadores de Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos que garanticen la seguridad de los serbios de Kosovo.
Por otro lado, en un mensaje de vídeo emitido el martes por la noche, el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, insistió en que los alcaldes elegidos el 23 de abril son los únicos que tienen legitimidad para estar en los edificios municipales.
Los disturbios han surgido a raíz de un enfrentamiento que tuvo lugar la semana pasada después de que funcionarios albaneses, elegidos en votaciones con muy poca participación debido al boicot por parte de ciudadanos serbios, entraran en los edificios municipales para tomar posesión de sus cargos. Cuando los serbios intentaron bloquearles, la policía de Kosovo disparó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Fue entonces cuando serbios se enfrentaron a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la OTAN.