Los franceses salieron un día más a las calles de París y de otras grandes ciudades del país, en el décimo día de huelga nacional.
Casi dos semanas después de la aprobación por parte del Gobierno de la polémica reforma de las pensiones, los sindicatos continúan con sus protestas, sin intención de rendirse.
Alrededor de 740 000 personas participaron en los movimientos de este martes, según datos del Ministerio del Interior. 27 personas fueron detenidas.
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«Las tensiones se han disparado aquí, en el centro de París», explica nuestra enviada especial, Anelise Borges. «Los manifestantes han estado quemando contenedores de basura y scooters, construyendo barricadas para impedir que la policía antidisturbios se acerque a este lado de la avenida».
«Dos grandes grupos de policías antidisturbios están a cada lado de esta avenida y han estado utilizando gases lacrimógenos para tratar de dispersar a los manifestantes. Se desplegaron 13 000 agentes por todo el país, más de 5 000 sólo en la capital francesa».
«Se trata de una situación muy difícil de manejar para la administración de la presidencia francesa», concluye Borges. «Y los manifestantes ya están convocando otra marcha aquí en París para el jueves de la semana que viene».