El miércoles por la noche se desplegaron miles de efectivos de las fuerzas de seguridad ante el temor de que se produjeran más protestas violentas.
El adolescente, de nombre Naël M, recibió un disparo cuando se marchaba en su vehículo durante un control policial de tráfico.
El incidente ha reavivado el debate en Francia sobre las tácticas policiales, en un contexto en el que los grupos de derechos humanos llevan tiempo criticando la mano dura con la que se trata a la población de los suburbios de bajos ingresos, especialmente a las minorías étnicas.
Políticos de todos los partidos han condenado el tiroteo. Los diputados de la Asamblea Nacional guardaron un minuto de silencio por el adolescente,y la Primera Ministra, Elisabeth Borne, criticó la decisión de la policía de abrir fuego.
El presidente Emmanuel Macron ha calificado la muerte del adolescente de «imperdonable»: «En primer lugar, quiero expresar la emoción de toda la nación por lo ocurrido y la muerte del joven Nael, y decir a su familia nuestra solidaridad y el afecto de la Nación. Tenemos un adolescente que ha muerto. Es inexplicable. «