Un volcán en el este de Indonesia volvió a entrar en erupción este viernes, lanzando al cielo una inmensa columna de cenizas.
Lo que llevó a las autoridades a ampliar el perímetro de seguridad para la población.
El volcán Lewotobi Laki-Laki, de 1.703 metros de altitud y situado en la isla turística de Flores, entró en erupción más de una docena de veces esta semana, provocando la muerte de nueve personas tras su primera erupción la madrugad del martes.
Prihatin Hadi Wijaya, director del Centro de Vulcanología y Reducción de Catástrofes Geológicas (PVMBG), habló en rueda de prensa de «dos erupciones», «una primera a las 13H55» (05H55 GMT) cuya nube de cenizas alcanzó «4.000 metros» de altura, y una segunda «un minuto después» y cuya nube se alzó entre «ocho y diez kilómetros».
Los funcionarios del puesto de vigilancia tuvieron que ser evacuados, añadió, y el perímetro de seguridad alrededor del cráter se amplió a ocho kilómetros.
Por el momento no se han señalado daños en los pueblos colindantes, tras las nuevas erupciones del viernes.
La montaña ya expelió una columna de cenizas el jueves de ocho km de altura.
La madrugada del martes, el mismo volcán arrojó cenizas sobre zonas habitadas, que provocaron incendios en casas de madera.
Inicialmente, las autoridades habían reportado diez muertos, pero revisaron el balance a la baja. Varias decenas de personas resultaron heridas.
El martes volvió a entrar en erupción, expulsando al cielo una nube de cenizas de un kilómetro.
Laki-Laki, que significa «hombre» en indonesio, está unido a un volcán más tranquilo que lleva el nombre de «mujer» en indonesio.
Indonesia es un extenso país archipiélago que registra frecuente actividad sísmica y volcánica debido a su ubicación en el «Cinturón de Fuego» del Pacífico.
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