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Opinión

UAEH: Desenfriol Paulín

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Cinismo y desfachatez del rector

Economía versus Política
César Peña *


La torpeza con que la rectoría ha manejado el conflicto estudiantil que tuvo su climax el pasado 19 de septiembre con la reedición del porrismo, es evidente; no hay un sólo dejo de inteligencia en la mediación, difusión y sobra decir, que tampoco en la negociación. Todo está regido por el autoritarismo de un rector miope, borrego de las pasiones sosistas, aletargado por aquellos tiempos en que todo se hacía por medio de la fuerza.

Octavio Castillo no se da cuenta de que la Universidad se le está cayendo en pedazos y quiere recetar un desenfriol con la salida de María Teresa Paulín Ríos. El mismo día comprobó que el problema es mayor, que ante su intolerancia y falta de tacto para manejar el conflicto, hace falta una cirugía mayor pues el paro no fue levantado como lo preveían sus fallidos cálculos.

Hoy ya se dio cuenta de que toda la sociedad está volcada en apoyo a los estudiantes por lo que embadurnado en cinismo y queriendo redimirse -algo que a estas alturas resulta pírrico-, se le ocurrió la puntada de quitarle el nombre al auditorio Jesús Murillo Karam, del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, por haber reprimido a los estudiantes de Ayotzinapa, aún desaparecidos.

Esta reinvindicación puede entenderse en otros tiempos y con otras autoridades universitarias, no en este momento ni menos con este rector, que rechaza la represión estudiantil de Murillo en los momentos que acaba de reprimir a sus propios estudiantes. Esto sólo puede ser procacidad y desfachatez, una burla para la comunidad universitaria, la sociedad y los propios alumnos.


A estas alturas Octavio Castillo y su camarilla no ha denunciado ni ha dado a conocer los nombres de los porros ni se han disculpado con los alumnos y padres de familia agredidos, pero eso si, nuevamente con sorna absoluta, se disculpa con la sociedad afectada por el cierre de algunos institutos.

Reitero mi postura: el rector debe irse para iniciar un proceso de depuración y sanamiento al interior de la UAEH. Con él, deben ser enjuiciados todos los que se están prestando a sus complicidades desde la propia Paulín, el presidente del Consejo estudiantil, el neo porro José Esteban Rodríguez Ávila, quienes no mostraron el mínimo arrepentimiento por la golpiza a estudiantes. Carecen de toda empatía y foman parte de los represores. Deben ser juzgados.

La sociedad hidalguense está pidiendo que se vaya Octavio Castillo, pero no sólo eso, sino que responda ante las autoridades judiciales por la sangre que derramó de jóvenes y padres que sólo pedían justicia. Confiamos en las autoridades de Hidalgo que castigarán este terrorismo universitario y el Grupo Universidad sea sepultado de donde nunca debió salir, del basurero de la historia.

  • Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia
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