Opinión
Cuando el meteorito nos alcance

- César Peña
Mucho se ha dicho sobre la posibilidad de una colisión del meteorito 2024 YR4 con la tierra para el año 2032, sembrando una alarma generalizada por enemigo común para la humanidad al amenazar la vida en el planeta, sin embargo, los científicos, como en muchas ocasiones, son los responsables de ir eliminando los mitos en esta noticia.
El primero de ellos es que el 2024 YR4 no es de un tamaño tan considerable para provocar una extinción en el planeta como alguna vez casi lo logró el que eliminó a los dinosaurios ya que apenas mide entre 30 y 100 metros, que si bien tiene es una amenaza importante de varios megatones o algo así como 10 bombas atómicas, no pondría en riesgo al propio planeta.
Esto es altamente significativo si consideramos que pudiera alcanzar una orbe altamente poblada, pero afortunadamente la tasa de probabilidad ha ido cayendo del 3.1 de los primeros días, hasta un casi improbable 1 por ciento y creciendo, por otro lado, las posibilidades de un impacto contra la luna.
Recordemos que la tierra y todos los planetas han sido bombardeados a lo largo de su historia por meteoritos de todo tamaño, dejando un rostro cacarizo, muy visible en nuestro satélite natural, que cada noche nos muestra su mejor sonrisa. Entonces sería un gran espectáculo poder ver algo así en 2032 ya que podría ser visible a simple vista.
Como sea, es nuestro sentido de sobrevivencia el que tiene a toda la comunidad científica con los ojos sobre este meteorito, considerando las posibilidades de hacer realidad lo que hemos visto en las películas como Armagedon y otras más, que proponen equipos especializados con armas para liquidar al no querido visitante.
Afortunadamente, estamos por el momento a salvo de este meteorito, aunque los astrónomos tienen en la mira a muchos otros con un mayor potencial destructivo sin olvidar que pese a la gran cantidad de telescopios y centros de observación, existe una amplia extensión de la bóveda celeste que no está vigilada.
Por ello es que muchos de estos meteoritos de menor tamaño han llegado a la atmósfera sin ser detectados hasta que ya están tocando en nuestros patios causando además de sorpresa y miedo, una estela de destrucción menor quemando bosques y rompiendo vidrios de casas y autos como aquel caído en Rusia hace algunos años.
Ciertamente, los meteoritos y asteroides son parte de la decoración del universo como las esferas de los árboles de navidad. Son indicativos de que vivimos en un sitio con vida, en constante movimiento, que no se encuentra estático y que nos depara cientos de sorpresas aún.
Recordemos que somos un universo joven, en plena expansión y que hace apenas unos cuantos ayeres estábamos en un hervidero de choques estelares cuando se estaban enfriando los planetas, siendo los meteoritos los causantes de destruir…, pero también de crear la vida al viajar en ellos los elementos básicos para la formación de aminoácidos básicos.
Cada día ignoramos menos del espacio y los telescopios y la investigación espacial nos están ayudando a conocer lo que sucede allá afuera, donde los objetos celestes, con sus viajes interminables, tiene mucho que decir.
- Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia.